OPINIÓN | Víctor López García: adecuado y oportuno
Lo que hagamos en todo orden de cosas, para que sea favorable y positivo, tiene que ser adecuado y oportuno.
Si no es así, el resultado va a ser lo contrario; o sea desfavorable y negativo. Especialmente, en política y gobierno, donde es aún mucho más exigente (que en otras actividades) que haya una síntesis entre la respuesta de gestión en términos de políticas públicas y la temporalidad de su ejecución. Ejemplo negativo de absoluta falta de armonización entre ambos conceptos instrumentales es lo que viene pasando desde hace tiempo con este Gobierno en la reconstrucción del norte, al extremo que las obras públicas no se hacen o se hacen mal; y menos todavía en los momentos esperados. Al punto que contingentes amplios de la población siguen viviendo aún en carpas o similares. Mientras que otros conglomerados de peruanos aún esperan que se hagan las obras importantes y necesarias que se requieren, siquiera para volver al estado situacional en que se encontraban antes de los desastres naturales.
Otro mal ejemplo de este desfase conceptual instrumental es la situación actual del conflicto minero de Las Bambas, donde queda demostrada la absoluta falta de capacidad de gestión gubernamental para manejar el tema y arreglarlo en forma adecuada y oportuna. No se hizo bien ni a tiempo. No se plantearon soluciones aceptables al problema en su momento y se dejó agudizar y agrandar el mismo. Al punto que (después de 50 días) el Ejecutivo reacciona; cuando ya se sentían los efectos negativos del estado crítico expresado en indicadores graves. Cuasi paralización de la producción. Débil transportación de insumos y minerales. Pérdida de ingentes cantidades de dinero. Enfrentamiento latente de las comunidades con la empresa y con el Gobierno. Imagen internacional negativa del país. Con las consecuencias inevitables de menor exportación y menores ingresos por todo concepto; desde menos importación hasta menos impuestos y regalías. De tal modo que todos los actores abonados a la bonanza minera tendrán menos ingresos; desde municipios hasta universidades.
Por supuesto que este desencadenamiento ilógico se pudo evitar si es que los protagonistas principales hubieran actuado en forma adecuada y oportuna. Principalmente, el Gobierno que viene demostrando una gran falta de capacidad para gestionar el país en términos de desarrollo económico, progreso social y gobernanza pública. Es inconcebible como ha dejado pasar tanto tiempo sin hacer un manejo de calidad de un conflicto local. Pareciera que no tienen funcionarios competentes para abordar y llevar a buen puerto soluciones de este tipo que son bastante comunes en nuestro país, donde hay decenas de controversias similares. Porque hay quienes dicen que somos una sociedad conflictiva y en continuo conflicto. Por lo que los ámbitos de resolución de los mismos en las entidades públicas tienen que estar atentas al abordaje y la solución.
Ya es un problema del país y de todos los peruanos que queremos su inmediata solución democrática. Y, que, en adelante, el Gobierno haga una gestión pública adecuada y oportuna.