OPINIÓN | Víctor López García: Acuerdos, pactos, alianzas
Estos conceptos se parecen, pero son distintos. Sobre todo en política. Y se han puesto de moda en los últimos días a propósito de las declaraciones del congresista Velásquez que da por terminada la relación de reciprocidad entre la bancada aprista y la fujimorista.
Por supuesto que este "sinceramiento tardío" ha servido para que desde todas las trincheras partidarias y mediáticas se dispare contra unos y otros integrantes de la "vinculación política" que se "oficializa formalmente" a su muerte y no al nacer.
Esa conexión era evidente y se le denominaba como 'fujiaprista' y 'fujialanista'. Aunque en realidad era plenamente lo segundo y nada lo primero. Una muestra formal de ello es que no todos los integrantes de la bancada aprista suscribían esa ilación; aunque de alguna forma la permitían. Aunque parecía que la mayoría (de los 5) se sentían cómodos con ella.
En línea con el organigrama y la tradición aprista, la Célula Parlamentaria Aprista (como lo dice su nombre mismo) es una “parte" del partido; no es el “partido". Está sujeta a la dirección de la organización que le da "línea política" de comportamiento en el quehacer congresal. Siempre fue así. Por tanto, los apristas en el hemiciclo no tienen potestad para por sí mismos y ante sí mismos disponer "acuerdos, alianzas o pactos" con nadie. Mucho menos con el fujimorismo, con el que no tenemos nada en común.
No hay ningún parentesco ideológico, político, programático u organizacional con el aprismo. Somos de izquierda democrática (aun cuando Alan lo haya desdibujado y hasta derechizado). Somos un partido de frente único de clases (aun cuando García haya gobernado más para las empresas y menos para el pueblo). Somos un partido que tiene como eje la revolución social de pan con libertad (que no hay ni lo uno ni lo otro en Venezuela). Somos un partido con historia, tradición y leyenda que ninguno otro puede mostrar.
Rechazo la injusta e interesada denominación de "fujiaprismo" que le asignan algunos y que le hace mucho daño a la imagen histórica del partido del pueblo que no se merece esa asociación. Todo indica que esa vinculación ha sido exclusivamente "fujialanista", nada más. Porque fue utilizada para proteger a ambos líderes; y menos para defender los intereses nacionales y las demandas populares.
Casi todos reconocen a la bancada aprista la aptitud que no tienen las otras en el Congreso. Eran pocos, pero valían por muchos por su capacidad, calidad y condiciones políticas. DEBIERON MARCAR LA DIFERENCIA EN SU ACTITUD; como hicieron siempre los parlamentarios de la estrella. Sin embargo, se dedicaron a asociarse con los fujis en un "raro servinacuy" que ni siquiera los herederos del chino quieren reconocer y niegan en todos los tonos. Y mucho más rechazamos los apristas que DE NINGUNA MANERA AVALAMOS O ACEPTAMOS lo que, en todo caso, ha podido ser "fujialanismo”, pero de ninguna manera "fujiaprismo".