20/03/2020 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
La literatura fantástica, de ciencia ficción, apocalíptica, ucrónica, distópica entre otros subgéneros narrativos, nos enseña que, a pesar de que el escenario puede ser terrible para la humanidad, son los esfuerzos de grupo los que salvan el día. Hasta en la saga “Canción de hielo y fuego” (A Song of Ice and Fire) del novelista y guionista estadounidense George R. R. Martin. En sus tomos, la lucha ante el invierno que se avecina y que traerá a la plaga de los “caminantes blancos”, se resolverá uniéndose enemigos y amigos. Para los que aún no la han captado, la versión televisiva se llamó “Juego de Tronos”.
Para entendernos, las medidas tomadas por el Gobierno nos parecen duras, pero aún con todo son tardías. Lo comprobamos con los mensajes del futuro que nos envían de China, de España e Italia. El aislamiento debería ser aún más estricto. Esto tiene un costo social enorme. Las personas que trabajan para ganarse el pan cada día son las más afectadas y en ellas aquellos que no cuentan con hogares, sin ahorros, solitarias o en la vejez. Situaciones como estas nos ponen contra la espada y la pared: salir a ayudar o quedarnos en casa.
Pero hay personas que no tienen de otra y lo hacen sin miedo: policías, soldados, personal de salud, los que mantienen el sistema de aprovisionamiento. Les pagan por eso, dirán los troles de redes que nunca faltan, pero el sacrificio es máximo. Entonces, el invierno se avecina, como es la frase que se repite en la serie de Martin y en sí encierra un presagio complejo: si no nos preparamos ahora la muerte será masiva. Sí. No hay que tenerle miedo a las palabras concretas.
La muerte es lo que tenemos caminando entre nosotros, como el título de otra serie. Estamos acostumbrados a vivir la fantasía del horror en máximo hora y cuarenta minutos y salir respirando tranquilos a comer el pollo broster en el patio de comidas que no caemos en cuenta que estamos en la vida real en el primer giro de la trama, cuando ya se presentó el drama completo y queda la resolución de los nudos. No hay héroes aislados entrenados por maestros sin cara, no hay un hobbit yendo a destruir el virus. En esta ocasión, y contradiciendo la palabra unidad, debemos estar juntos pero alejados, cada uno en casa, pero atentos. El invierno en nuestro país es despiadado, no lo olvidemos.