06/09/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Cuando el teatro tiene un rol pedagógico, adquiere una dimensión liberadora y se transforma en una crucial experiencia educativa. Claro, si esta teatralización, además, está referida a visibilizar a heroínas civiles y científicas, la dimensión del aprendizaje se amplía. De ese modo, las artes escénicas se posicionan abiertamente en la batalla que se libra por reconocer a quienes participan de la historia y han sido excluidas. Recordemos que la narrativa histórica ha sido construida fundamentalmente por quienes la dominan y tienen las herramientas para configurar un paradigma. Así se ha contado todo desde el punto de vista de varones, o conquistadores, o en claves militares. Lo que dicen los medios oficiales, es en realidad lectura interesada y parcializada. Por eso, debe reescribirse mucho de nuestra historia sucedida.
En esa reelaboración de los sucesos históricos, la directora Rocío Limo y la dramaturga Paola Vicente Chocano, volcaron su activismo por los derechos y su talento, en una lúdica propuesta que permitirá conocer las biografías de María Luisa Aguilar, Norma Salinas y Albina Ruiz. ¿Por qué es importante conocer qué han hecho y cuál es su aporte? Los niños (y padres) entenderán que la vida real no está hecha de Pinochos o Caperucitas, sino de seres de carne y hueso que luchan cada día por hacer de nuestro país un lugar mejor. Que mucho de lo que somos, es gracias a una larga fila de héroes y heroínas que han sido olvidadas de los libros de texto. Que sobre el presente hay un pasado glorioso de pensadores y científicos. ¿Saben quién fue Margarita Práxedes Muñoz? Una extraordinaria científica peruana de fines del siglo XIX. Pero pocos hablan de ella.
Es notable que se cuente sobre nuestras mujeres más brillantes. Aguilar, una valiosa astrónoma sanmarquina, cuya lucha por mostrarnos las bondades de los cielos, su cruzada por un observatorio espacial a la altura de nuestro futuro, es digna de nuestra herencia cultural. Merece todos los reconocimientos posibles. Salinas es una bióloga que ha impulsado la investigación en su área y, Ruiz es incansable en su campaña por la defensa del medio ambiente. Así, estas ciudadanas, científicas, peruanas, han visionado a nuestro país como una promesa y posibilidad. Ya de por sí, la historia de la ciencia peruana está también poco trabajada y necesita urgentemente que se trace una memoria mayor de sus aportes. Hay tanto por hacer. Hemos preferido, incluso, llamar a nuestras avenidas, calles y parques, con nombres de políticos o militares. Es hora de modificar todo ese envoltorio de hegemonías y exclusiones.
Por eso, la educación teatral cumple un rol emancipador y, consecuentemente, promotor de romper esquemas. Los paradigmas excluyentes deben ser abolidos. Los modelos de creencias que hacen ver solo un lado de la realidad, deben ser deshechos. Una nueva historia es la que nos pertenece, una donde científicas, afroperuanos, mestizos, mujeres, deben estar necesariamente incluidos. Aparentemente anónimos, pero en realidad escondidos, ocultados. Así, esta obra que se presenta en el Centro Cultural de España, es un signo de que la lucha continúa.