17/09/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Ñaupari es uno de los sobrevivientes del grupo noventero 'Neón'. Esa turba lírica fue una de las maneras de resistencia contracultural en plena efervescencia de la dictadura fujimorista. A través de intervenciones constantes (recitales, conciertos underground, manifiestos incendiarios, perfomances), tuvo una activa participación en la última generación que actuaba en mancha. Los intentos agónicos de grupos esplendentes como “Inmanencia” y radicales lúdicos como “El Club Patafísico”, fueron los signos finales de un paradigma ya agonizante. Los proyectos grupales se agotaron y pasaron a un individualismo marcado. Y con ellos, también las rebeliones literarias, los parricidios, fueron cada vez más esporádicos.
De 'Neón' poco se puede rescatar como proyecto poético, pero mucho como pretensión de resistencia cultural. Esa es su fortaleza y herencia. Es su agenda política-literaria la que tiene interés y debe ser un espacio de reflexión para saber sobre los sucesos de una de las décadas más nefastas de nuestra historia. Uno de esos poetas rescatables es justamente Ñaupari: “Y entonces, encallarás para siempre en mi costado/ y sumergido en una fiebre que no espera (...) /y en ese movimiento que titila como brillo solar/que antecede al definitivo ocaso”.
Los 90 todavía tienen que ajustar cuentas con sus propios resultados.