OPINIÓN | Rubén Quiroz Ávila: La comprensión del otro. Pablo Quintanilla
Pablo Quintanilla es el filósofo más sobresaliente y con mejor proyección de la Universidad Católica del Perú. Ha tendido puentes entre varias universidades peruanas y suele conversar con las distintas tradiciones del filosofar que coexisten en nuestro país. De formación en la filosofía analítica, igual ha reflexionado sobre los asuntos latinoamericanos. Ello lo ubica en el grupo de pensadores peruanos que intentan situar y localizar la reflexión desde una las comunidades epistémicas. Es decir, no es lo mismo pensar en un país hegemónico que en uno como el nuestro, más bien en los márgenes y periferias. Sin embargo, ello tiene una inmensa oportunidad: procurar entender el difícil conglomerado que somos. Nuestras otredades tienen conflictos permanentes y la mayoría irresueltos. En claves pragmatistas, Quintanilla lanza un reto difícil pero necesario: ofrecer herramientas conceptuales para acercarnos al otro, comprender al otro, ser el otro. Es por eso que insiste, lúcidamente en la comprensión como la creación de un espacio compartido. Entonces, intenta responder a ¿qué es comprender a un ser humano o a una comunidad humana? Así, sostiene: “Comprender a otra persona no es exactamente lo mismo que conocerla y autocomprenderse tampoco es idéntico a autoconocerse, aunque son conceptos entrelazados. La comprensión tiene una connotación de proceso, provisionalidad, subjetividad y afectividad, mientras que el conocimiento alude a la capacidad de desarrollar creencias verdaderas acerca de algo. Sin embargo, bastará con decir que si creemos comprender algo estamos en buen camino para conocerlo y viceversa”.