
26/03/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Dos grandes hombres fallecieron hace pocos días: el sociólogo Gonzalo Portocarrero y el periodista César Lévano; profesionales con visión integral y personas íntegras; intelectuales que apostaron por el Perú y, cada uno con sus particularidades, contribuyeron a la reflexión permanente sobre el quehacer para cambiar la desigualdad e injusticia imperantes; poniendo énfasis en lo que respecta a los valores y la cultura ciudadana.
Lévano nació en 1926, el mismo año en que José Carlos Mariátegui publicara la revista Amauta, considerada una de las más relevantes en nuestra historia. Su abuelo y su padre -Manuel Caracciolo y Delfín Lévano- fueron periodistas autodidactas y grandes promotores del movimiento sindical durante el periodo de la República aristocrática; convirtiéndose en sus referentes inmediatos, además de la Generación centenario que producía intelectualmente con calidad y compromiso social. Encarcelado por las dictaduras de Odría y Morales Bermúdez, el 2011 ganó el Premio Nacional de Derechos Humanos; también fue director de la Escuela de Comunicación Social y director del diario Uno.
Portocarrero nació en 1949 y estudió Sociología en San Marcos; y Maestría y doctorado en la misma disciplina en la Facultad Latino Americana de Ciencias Sociales (FLACSO) y la Universidad de Essex en Inglaterra, respectivamente; y durante más de cuatro décadas fue docente en la Católica. El 2008 creó el primer programa de Estudios Culturales en el Perú, culminando la investigación alrededor de esos temas iniciada a finales de la década de los noventa. El historiador Alberto Flores Galindo influyó mucho en su obra. Desempeñó el cargo de decano nacional del Colegio de Sociólogos del Perú y obtuvo el Premio Nacional de Cultura el 2015.
Ambos, desde la izquierda, tuvieron una clara y firme posición frente a Sendero Luminoso; esto se expresó, en el caso de Lévano, en que era de uno de los pocos docentes que, pese a las amenazas, continuó al frente de su cátedra en San Marcos, dictando clases algunas veces en los patios y a media luz. Portocarrero es autor de Profetas del odio. Raíces culturales y líderes de Sendero Luminoso, libro en el que hace un deslinde nítido y motivó que el Movadef irrumpiera agresivamente en el acto de presentación.
El compromiso por cambiar al Perú es el eslabón clave compartido por Portocarrero y Lévano, el que fue asumido con un enfoque transdisciplinario y recurriendo al aporte de las distintas disciplinas interrelacionándolas; es así que la sociología y el psicoanálisis; el periodismo y la historia; la cultura y la economía; la literatura y el pensamiento político; la filosofía y el arte estuvieron presentes con diferente intensidad y de un modo casi permanente en los escritos de ambos.
Retomando la tesis mariateguista de que el Perú es una Nación en formación, ambos se esforzaron por aportar con una visión de país a la culminación de su construcción, que sigue siendo una tarea pendiente articulando la diversidad; sistematizando ideas y experiencias, divulgándolas constantemente a través de diarios, revistas, libros y redes sociales, tal como ellos lo hicieron cotidianamente.
Ya no podremos ver físicamente ni a Gonzalo ni a César pero sus saberes y sus ejemplos no se van sino quedan en nosotros, en las diversas generaciones a las que lideraron coloquial y horizontalmente, contribuyendo a su organización en diferentes espacios de reflexión para la acción.