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OPINIÓN | Roberto Rodríguez Rabanal: "Incertidumbre, desesperación y esperanza"

roberto
28-04-2020

Los días pasan y va quedando claro que no basta decir “quédate en casa”. En el reporte del día 21 de la cuarentena tuvimos 2181 infectados y 83 fallecidos, y el día 44 llegamos a 28,699 casos y 782 muertos, cifras reveladoras de que lo peor está por venir; aunado a que existen centenares de miles anhelando volver a su terruño porque no tienen trabajo y temen morir de hambre; y los “héroes” de la primera fila del combate al Covid-19 (profesionales y trabajadores de salud) extienden sus reclamos para contar con mascarillas adecuadas y que les paguen sus sueldos.

Obviamente no estuvimos preparados como país para enfrentar la pandemia. Las primeras medidas del Gobierno fueron sesgadas pues se focalizó, como si fuera un programa de lucha contra la pobreza, cuando el coronavirus afecta a todos; y se obvió que en el Perú el 74% es informal. Recién días después se incorporó las canastas alimentarias, el bono agrario y el bono universal.

El impuesto a la riqueza, aplicado en numerosos países de Europa y Latinoamérica e incluso ahora recomendado por el FMI, ha generado una mayoritaria expectativa positiva. Pero lo rechaza la KONFIEP, y los fracasados exministros de Economía de varios gobiernos monopolizan la opinión televisiva abogando a favor de los millonarios. ¿Cómo calificarlos? Quizás con el título del gran libro de Víctor Hugo, “Los miserables”; dado que también fueron los primeros en correr para aplicar la “suspensión perfecta” y dejar sin empleo a sus trabajadores. Su codicia no tiene límites ya que antes fueron favorecidos con exoneraciones tributarias y adeudan S/. 15 mil millones a la SUNAT. Acaparan el grueso de los S/. 30 mil millones del Programa “Reactiva Perú”, mientras que a las PYMEs les dejan el ripio. Exigen priorizar “la economía”, o sea, sus ganancias, sin importarles la vida de las clases populares y medias; y “quitan cuerpo” respecto a su responsabilidad durante los gobiernos de Fujimori-Toledo-AG-Humala-Kuczynski en cuanto a haber relegado la salud y la educación pública.

Que no nos agobie la incertidumbre y el riesgo de la generalización de la desesperación. Unámonos para luchar con esperanza. Como dijo José Matos Mar en “El desborde popular”: “¿Construimos nuestro destino o aceptamos un futuro incierto? ...Recogiendo selectivamente lo positivo que ha surgido en las últimas décadas y aprendiendo de la historia, es posible encontrar el camino de construcción innovadora que, a través de una autocrítica fecunda, nos permita forjar una sociedad de bienestar común, pluralista, justa y solidaria...Construir una unidad nacional que supere los fracasos de la República Criolla y abra las puertas al Perú del año dos mil”. Lo escribió el 1985 y es válido para hoy.