19/01/2021 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Por: Roberto Rodríguez Rabanal
Sociólogo
El Amauta José María Arguedas habría cumplido 110 años, coincidiendo con los 486 de Lima. Maestro en el sentido cabal, al igual que J.C. Mariátegui, centró su preocupación en la situación del indio, en las personas de raíz andina, que en el último medio siglo constituyen el principal factor migrante hacia lo que actualmente son las Limas (Norte, Este, Sur). De ahí que la capital peruana es actualmente la primera ciudad provinciana, la de “todas las sangres”, título de una de las grandes obras de Arguedas.
Arguedas percibió el cambio político de la Colonia a la República, que no estuvo acompañado de la necesaria independencia económica, manteniendo la sujeción a los grandes grupos de poder; y ni qué decir del factor cultural. Por eso, a raíz del “Baguazo” (2009), Alan García dijo que los awajún “no son ciudadanos de primera clase”; tres años antes, Ántero Flores Aráoz -de la ultraconservadora “Coordinadora Republicana”- calificó a la mayoría de peruanos como “llamas y vicuñas”, exteriorizando su racismo; al igual que la sarta de patanes que amenazan señalando: “no sabes con quién te has metido”.
Desde el interior de nuestro país, la referencia a Lima adquiere el nombre de centralismo, aunque en la propia Lima las diferencias saltan a la vista: entre la parte más consolidada (Lima Centro/Oeste) y las que surgieron de invasiones, formando los Conos, que con el transcurso del tiempo se han ido transformando en Lima Norte-Este-Sur. Las diferencias no solo se evidencian en cuanto a servicios (cantidad y calidad). También involucran el ámbito empresarial, espacio donde la gran empresa es la privilegiada con los créditos, mientras se relega a las micro/pequeñas empresas. Lo acontecido el 2020 con el Programa “Reactiva Perú” (gran empresa, 71%; microempresa, 3%) es una muestra del tratado desigual que les da el Estado.
En cuanto a la representación política congresal, los parlamentarios viven sobre todo en San Isidro, La Molina, San Borja, Surco y Miraflores; que data de un largo tiempo. En una ciudad policéntrica como Lima, esto tiene que cambiar radicalmente: el 11 de abril debe ser la última vez que se elija la representación de la capital peruana como un distrito electoral único. Hacia adelante, corresponderá a cada Lima (Norte, Este, Sur, Centro) y San Juan de Lurigancho) elegir directamente a sus congresistas y regidores por Lima, proporcionalmente a su población. Lo planteamos desde hace 15 años, pero los sucesivos congresos bloquearon su aprobación. El nuevo Congreso deberá aprobar esta iniciativa para dejar atrás a la “3 veces coronada ciudad de los reyes”. Será el nuevo “desborde popular” (Matos Mar) en las Limas “de todas las sangres” (Arguedas), expresión del nuevo Perú que construiremos juntos.