OPINIÓN| Roberto Rodríguez: "McDonald´s, Larcomar, Las Malvinas y el esclavismo moderno"
Las apariencias engañan, reza un antiguo refrán; el cual calza muy bien con lo ocurrido recientemente en un local de comida rápida del McDonald´s, donde perdieron la vida Carlos Edgardo Campos y Alexandra Antonella Porras, dos jóvenes trabajadores de 18 años. Las muertes no fueron a consecuencia de un asalto sino que se electrocutaron en un local supuestamente moderno y seguro y no informal. Extrañamente, los Bomberos no pudieron ingresar al establecimiento, pues alguien había dado la orden de que no entre nadie.
No es la primera vez que ocurre algo así. Basta recordar solo dos casos: 1) El incendio en el container en las Galerías Nicolini (Av. Argentina, el 2017), falleciendo dos jóvenes trabajadores que habían sido encerrados con llave por el dueño y, cuando se produjo el siniestro, no pudieron escapar; y, 2) El incendio de los cines del Centro Comercial Larcomar (Miraflores, el 2016), con un saldo de 4 muertos, trayendo consigo su clausura definitiva, pues se había incumplido varias normas de seguridad.
Hoy se trata de una empresa franquicia de la transnacional McDonald´s; antes lo fue en un centro comercial donde los precios distan mucho de ser bajos, y en una zona de emprendedores como Las Malvinas. ¿Qué hay en común en los tres casos? Un empresariado que hace de la codicia su razón de ser, que por bajar costos es capaz de desobedecer las leyes constantemente, poniendo en peligro vidas humanas, y cuando causas muertes, lo primero que hace es ocultarse y no decir nada; y si lo hace, obligado por las circunstancias, trata de evadir su responsabilidad.
Para este empresariado moderno los trabajadores son la última rueda del coche; y si son jóvenes, con mayor razón aún. Su inhumanidad y avaricia es de tal magnitud que no les interesa burlar leyes; y cuando son descubiertos, sus inescrupulosos abogados se encargan de hacer interpretaciones auténticas y de romper la mano a quienes deberían impartir justicia.
En pleno siglo XXI la esclavitud moderna, con mayor o menor sutileza, no es ajena a nuestra realidad, sino que es un sistema económico y laboral que continúa vivito y coleando. Un poco más y colocan un aviso solicitando jóvenes todo oficio para sobreexplotarlos con premeditación, alevosía y ventaja. No olvidemos que hace casi 3 años fue presentada una iniciativa legislativa para modificar el régimen laboral juvenil, a fin de limitar derechos y beneficios; la que fue bautizada como Ley Pulpín, motivando la realización de masivas marchas de protesta hasta obtener su derogatoria.
Lo ocurrido en McDonald´s, como antes sucedió en Larcomar o en Las Malvinas, no es un simple accidente sino la consecuencia de un sistema oprobioso que antepone la ganancia a cualquier precio y no al ser humano.
Carlos y Alexandra no han muerto debido a un accidente, fueron asesinados por la ruindad. Como sociedad, más vale prevenir que lamentar y esto es parte de la necesaria recuperación de nuestro país y de un Estado capturado por grupos de poder carentes de valores. La ministra de Trabajo y los responsables de la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil) deben terminar sus largas vacaciones y actuar y no hacerse de la vista gorda ante el no tan velado esclavismo. ¡Basta ya!