OPINIÓN| Pedro Paredes: Zoraida, la solitaria
La fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos, irradia decencia desde un Ministerio Público que procura escaparse de la putrefacta corrupción que por largos años ha transitado por despachos de fiscales y asesores, por lo que la purga será una tarea titánica para expulsar a todo aquel y aquello que destrozó la institución.
Ávalos ya declaró en emergencia el Ministerio Público, pero aún nadie parece percatarse de ello, porque nuevamente nos vemos atrapados en los disparates de su renunciante predecesor Pedro Chávarry, intentando explicar que la violación del lacrado de la oficina de un asesor suyo, no es ninguna violación porque el lacrado “era ilegal”. No le importa que se hayan retirado tres cajas de documentos ni el contenido de estos, pero anda viendo fantasmas que son pagados para que protesten en contra suya, por defender la legalidad, dice.
Si la fiscal Zoraida ha declarado en emergencia su institución, entonces debe entender que la acción debe ser más sólida que el discurso, porque se enfrenta a un monstruo que tiene tentáculos en todos los niveles políticos, entre los libres, prófugos y reos, como Alan, Toledo y Keiko, así como entre los vivos y muertos, como Yoshiyama y Rassmuss.
Ojalá que la doctora entienda que su Junta de Fiscales Supremos es como el silo de los corruptos, por lo que fiarse de algunos de ellos solo hará que se revista del hedor que del Ministerio Público quiere espantar. Y si pretende trabajar con ellos para reformar la institución, mejor que ande buscando también la puerta de salida, porque no tardará en ser salpicada por el estiércol que dejan como huella en cada paso que dan.
Zoraida está sola. No es exageración. Aliarse con Pablo Sánchez no es una buena estrategia, más aún si dice querer avanzar en las investigaciones del caso Lava Jato, donde el exfiscal de la Nación puso su cuota de inacción para no custodiar la oportuna detención de Toledo y lograr la colaboración eficaz de Jorge Cuba por el Metro de Lima.
Gálvez, Rodríguez y el propio Chávarry son los otros fiscales supremos que también andan bajo la sombra de los 'Cuellos Blancos'. Tienen sus audios. Y los dos primeros fueron los protectores del tercero cuando se quiso impedir su juramentación por su vinculación con el triste y prófugo “hermanito” César Hinostroza. Entonces, sus luchas contra la corrupción no son más que reflejo del cambio de ropa, sobre el mismo cuerpo sucio.
Y si alcanza a ver al interior del país, caerá en cuenta, nuestra fiscal de la Nación, que reformar su institución le puede tomar muchos más años que el tiempo que le resta al frente del cargo. Por lo que tendrá que convertirse en una líder espartana que reúna a un pequeño ejército que no se amilane ante el enemigo, aunque la victoria no la tenga asegurada.