OPINIÓN | Pedro Paredes: manual de sobrevivencia
Ante el riesgo de denuncias contra hombres de buenas intenciones, acusados de acosadores y machistas (lo siento Lescano, no estás en el grupo), creo que ha llegado el momento que los hombres implementen un manual de sobrevivencia y escapar de la horda “Xtrem Feminist” - si cabe inventar el término- que nos ha puesto en el mismo saco de los más pervertidos del mundo, tan solo por seguir con prácticas arcaicas que ahora están incluidas en la lista negra de esta creciente cultura radical contra el género masculino. A tomar nota.
Si en algún momento nos hemos sentido embelesados con la historia del cortejo que hacían nuestros abuelos, capaces de tirarse al piso para que la bella dama no ensucie la suela de sus zapatos encharolados. Alerta. En tiempos modernos, para las “Xtrem Feminist”, las mujeres tienen las fuerzas necesarias para pisar huecos, y si te tiras al piso es porque algo quieres, y eso te convierte en acosador.
Y si tu flaca quiere cargarte para que seas tú quien no pise el charco con tus mocasines embetunados, déjame decirte que ¡Ya fuiste! No pasará mucho tiempo en que alguien subirá a las redes sociales una foto tuya con la escena anormal de verte sobre la espalda de tu musa, recibiendo sonsamente insultos como “poco hombre”, “desconsiderado”, “machista”. A este grupo radical del feminismo no le importa que, quizá, te hayas chancado la pata. Ser cargado es una blasfemia a los derechos de la mujer.
Sigamos. Si en los '90 aún aprendimos, como parte de las reglas de urbanidad, que el hombre debe cederle el asiento a las mujeres; si pretendes seguir practicándolo o inculcarle eso a tu hijo, te mirarán como un bicho raro que pretende disminuir la capacidad psicomotriz de una mujer de ir parado en un bus. Yo he visto una escena de ese tipo, así que, lo confieso, permanezco sentado si es que la persona tiene menos de 50 años. Varón o mujer.
Hay una más. Si crecimos siendo cursis enviando anónimas cartitas de amor esperando que nos atraque un posible amorío, en estos tiempos ya nadie escribe cartas, por eso Serpost tuvo que despedir a los carteros. Peor aún, palabras como: hermosa, princesa, bella, dulzura, quedaban bonitas escritas en hoja oficio a rayas y con lapiceros de colores; pero si te atreves a escribir eso al “wasap” o “inbox” de un amor imposible, corres el riesgo de ser bloqueado, o denunciado por acoso.
Por eso, para sobrevivir en esta sociedad moderna de “Xtrem Feminist”, es mejor evitar esas y otras situaciones que, por espacio, no alcanzo a ponerlas. Pero si aún nos sentimos unos seres galantes, evitemos pedir ver la “delantera” o dar masajes en el cuello sin que nos pidan, o decirle frases asquerosas al flirtear. Eso nos hace perversos y merecemos ser denunciados.