OPINIÓN | Pedro Paredes: hablemos de partidos
Hablemos de partidos políticos. De esos que tanto nos decepcionan, pero siempre en cada proceso electoral nuestro futuro volvemos a entregarlo. Hablemos de partidos políticos, si es que los hay.
Partamos definiendo lo que es un «partido político» en el Perú. ¿Club de corruptos? ¿Mafia siciliana? ¿Olla de grillos? ¿Nido de ratas? Lamento ser tan pesimista con la definición etimológica, pero viendo nuestra realidad, no encuentro algún adjetivo positivo para las organizaciones políticas vigentes, nuevas y próximas a registrarse en el ROP del Jurado Nacional de Elecciones.
PPK: Si Augusto Ferrando viviera, quizá ofreciera una olla arrocera a quien demuestre que el partido de gobierno, en realidad es el partido del gobierno. Demostrar eso resulta ser una misión imposible hasta para sus propios integrantes. El partido está partido. Pero sus integrantes quieren hacernos creer que una cosa es la agrupación política y otra la bancada, por eso algunos renuncian del partido, pero no de la bancada. Si entiendes el zafarrancho ideológico/doctrinario, explícame al inbox, por favor.
Fuerza Popular: Dominada por una banda criminal, dice el fiscal José D. Pérez. No hay más que decir. Bueno, en realidad, se puede agregar que tiene gran parte de culpa en la crisis política que vivimos en el Perú. La historia de su lideresa y sus integrantes se cuenta sola. Punto y aparte.
Apra: Partamos a este partido en dos. El fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre, es el lado bueno de la política de su historia, hasta que llegó un tal Alan García Pérez que se encargó de destruir la esencia ideológica socialista aprista. Con apenas cinco integrantes en su bancada y un líder como emblema de corrupción e impunidad, el Apra no va a morir, pero será un cadáver que se resiste a ser enterrado.
PPC: Luis Bedoya es el máximo emblema de decencia en este partido, considerado en algún momento como la reserva moral política del país, pero que Lourdes Flores se encargó de salar, como todo aquello a lo que intenta postular. Fin de la historia.
Acción Popular: Después de Belaunde y Paniagua, no hay más historia que contar. Muñoz no cuenta.
Ante esto, qué futuro nos espera a los peruanos cuando tengamos que volver a elegir autoridades. Pues se sabe que, para recuperar el rumbo perdido, se necesitan partidos políticos moralmente fuertes, que hagan de la lucha contra la corrupción una acción constante y no un discurso con voz parlante. Necesitamos partidos sólidos financieramente, que no recurran a un club de constructores para luego poner en bandeja los recursos públicos a cambio de decretos, leyes y coimas. Necesitamos ser nuevos y mejores ciudadanos, decididos a cambiar por un mejor país.