03/05/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Para ayudar a resolver la crisis en Venezuela hay que comenzar por tratar de entenderla.
El problema es que la información con la que somos bombardeados cada día desde los medios de comunicación no nos ayuda a entender nada. La versión sobre la realidad venezolana está totalmente sesgada por la campaña de Donald Trump que tiene como objetivo sacar al chavismo del poder a cualquier precio.
Lo paradójico es que CNN en Español se ha convertido en el instrumento de Trump para difundir su particular versión de lo que está pasando en Venezuela y de lo que debe ocurrir ahí. Y digo paradójico porque CNN en inglés dedica la mitad de su programación a combatir a Donald Trump. Que ellos mismos se entiendan.
El chavismo gobierna hace más de 20 años la llamada República Bolivariana. Llegaron al poder en medio de una profunda crisis económica y moral, con una clase política totalmente desacreditada y corroída por la corrupción. Primero Hugo Chávez intentó un golpe, pero luego descubrió que podía barrer, como hizo, en las elecciones.
Tuvo la fortuna de que los precios del petróleo, la principal fuente de ingresos del país, se dispararan por las nubes. Fue glorioso, mientras duró . Chávez pudo darle educación de calidad, salud y vivienda a millones de venezolanos a quienes esos servicios les habían sido negados históricamente. Los programas sociales no dejaban a una sola persona sin atender. La gente, los más pobres en particular, se sintieron reivindicados. Sobraba la plata y los venezolanos se daban el lujo de importarlo todo porque para eso eran ricos.
Eso explica porque hoy en medio de una crisis sin precedentes el chavismo es capaz de sacar cientos de miles de personas a la calle y de obtener una cuarta parte de los votos, o más, en casi cualquier elección en la que participa.
El problema vino después, cuando se cayeron los precios del petróleo que generaban el 96% de los ingresos y cuando no hubo plata para sostener todo el edificio que se había construido, cuando descubrieron que no habían invertido en mejorar su capacidad productiva, ni diversificado .
Ahí empezó la crisis económica y el desabastecimiento . ¿Que fue exacerbado por empresarios de oposición? Probablemente, pero nadie que haya gobernado dos décadas puede culpar a otros de lo que pasa en su país.
La expresión política de esa crisis fue la victoria de la oposición en las elecciones a la Asamblea Nacional. Lo que debía venir después era la victoria opositora en las elecciones presidenciales, por primera vez en casi 20 años. Chávez ya había muerto y su herencia parecía haber llegado a su fin .
La oposición empezó a exigir entonces el adelanto de las elecciones, unas elecciones en las que todos y cada uno de los líderes con cierta relevancia pretendía ser el candidato.
Pero ahí empezaron los errores. Los chavistas salieron al frente convocando a una Asamblea Constituyente a la que la oposición se negó a participar.
Los norteamericanos, que son tan buenos en diplomacia como elefante en cristalería, llegaron a la conclusión de que si boicoteaban económicamente a Maduro el régimen no lo resistiría y caería como castillo de arena.
Pero eso no ocurrió.
Pese a la hiperinflación, al desabastecimiento, al descontento popular, la oposición no logró sostener la movilización popular ni darle a la gente la esperanza de un cambio detrás de un solo candidato. No logró convencer tampoco a los militares que ellos tenían la fuerza.
La estrategia de los genios de Trump no pudo con Maduro, pero sí endureció las condiciones de vida de los venezolanos a tal punto que más de tres millones de ellos huyeron, sobre todo hacia Colombia y Perú. Nosotros tenemos 750 mil con nosotros. Pero los norteamericanos, cuya política exterior sobre este asunto hemos seguido como borregos, no se han hecho cargo del costo. Eso nos lo dejó a nosotros. Para entrar a USA los venezolanos necesitan visa y dinero, para entrar al Perú solo hace falta cruzar la frontera.
Cuando en medio de la tempestad se logró que se reunieran en un salón en Santo Domingo representantes del gobierno de Maduro y de la Mesa de la Oposición parecía que había esperanza de una salida democrática y pacífica a la crisis. Pero no fue así. Cuando los chavistas se dieron cuenta de que la oposición estaba fraccionada aceptó adelantar las elecciones y el diálogo explotó por
los aires. Tres candidatos de la oposición fueron a las elecciones y el resto llamó a boicotearlas. Obviamente, Maduro fue reelegido.
Lo que ha venido después ha parecido una comedia, pero no lo es. El departamento de Estado norteamericano promovió que la Asamblea Nacional nombrara a Juan Guaidó como presidente interino y que la comunidad internacional lo reconociera a él y no a Maduro como presidente. Mientras los rusos y los chinos amenazaban con meterse en el conflicto.
Y en eso hemos perdido los últimos meses que debimos usarlos en tender puentes para una salida democrática que implique elecciones sin exclusiones ni restricciones y donde el chavismo deberá participar. Porque ese es el gran error en la base de la política exterior norteamericana, que nuestra Cancillería rebuzna, pretender que puede pensarse en Venezuela sin incluir al chavismo como actor.
Ni golpes de Estado, ni intervenciones militares externas. Los venezolanos ya sufrieron suficiente. Tras el bochornoso espectáculo del golpe de Estado frustrado de Guaidó, que en vez de debilitar a Maduro lo ha fortalecido, la oposición está en la obligación de replantear su estrategia y oír voces sensatas como la de Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, que se ofrece a mediar para encontrar una salida que comienza por retomar el diálogo que se truncó en Santo Domingo, levantar todas las sanciones económicas que está probado solo dañan a los pobres y encontrar el camino para convocar a elecciones sin exclusiones ni restricciones y cuyos resultados sean aceptados por todos.
Los venezolanos pueden hacerlo, ayudémoslos en ese camino. No permitamos una invasión a Venezuela.