OPINIÓN | Miguel Humberto Aguirre: "Un domingo a la antigua"
El último domingo fue uno de esos como los de hace antes. De los antiguos. Actitud en diferentes escenarios con presencia de público. Con asistentes. El encuentro entre Alianza Lima y Sporting Cristal no se quedó en lo relativo, a la presencia de público en las tribunas. Muchos querían ver quién ganaba el primero de los dos partidos, buscando al posible campeón. El torneo se jugaba sin público. Algo así como arroz con leche sin arroz, o sin leche. Tribunas vacías. Sin aliento para ningún lado. Sin aplauso para una buena jugada. El más feliz, o los más felices, los jueces de los partidos que no recibían “el aliento”, tan especial, de los aficionados para ellos.
Las autoridades permitieron ingreso de hinchas y el fútbol regresó a los estadios como siempre deseábamos tenerlo.
TAMBIÉN LA HÍPICA
Tras un largo tiempo con tribunas sin público, este domingo, Monterrico programó el Derby Nacional y también puso sus localidades al alcance de los aficionados. De los “burreros” como algunos los identifican. Es más, para que la familia estuviera presente, levantó tribunas en la llamada “pelouse”, con juegos especialmente para entretener a los más pequeños. También caballos guiados, y dar un momento diferente a los menores. Los aficionados regresaron a Monterrico y vieron a todo un crack como parece serlo Super Nao, ganador de la Triple Corona. A la hípica también regresó el público.
Y TAMBIÉN LAS PLAZAS
Este domingo también hubo plazas, en todo el país, muy visitadas. Fue, para muchos menores, su primera salida, después de un largo enclaustramiento. Los padres buscaron nuevos escenarios para dar, a los menores, un camino libre como le gusta a ellos y tanto tiempo privados de él. Encontrar esa libertad contenida por tanto tempo, obligatoriamente, para esos personajes, llenos de energías, y retenidos a la fuerza por la pandemia, era algo buscado. Los chicos y chicas han vivido días muy difíciles. Vieron pasar muchos días para encontrar un nuevo escenario y ver la sonrisa, y alegría, de aquello esperado por tanto tiempo. Fue un domingo diferente, ojalá siga.
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