01/05/2021 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
“Ocho horas para el trabajo. Ocho horas para el sueño. Ocho horas para la casa”. Con ese signo, con ese lema, por allá por 1884, nació lo que, con el tiempo, se conoció como el Día Internacional del Trabajador.
Por aquellos días, los obreros tenían jornadas extendidas a 10 y 12 horas. El movimiento nació en la industria Haymarket Square, donde trabajadores norteamericanos se sumaron, desde su posición, a la llamada revolución industrial de los Estados Unidos.
Las promesas no se cristalizaron y los movimientos continuaron con manifestaciones, dejando historia. Las autoridades tomaron detenidos a los callejeros exaltados. Posteriormente, también lo cuenta la historia, entre los sindicalistas, cinco terminaron ahorcados, y otros tres condenados a cadena perpetua. La vida, en las protestas callejeras, también fue mortal para policías encargados de controlar el orden.
El movimiento publicó una encendida proclama, para muchos, la ruta de los sucesos y de la lucha. Arbeiter Zeitung, su redactor, murió en la horca.
El Primero de Mayo, llegar a él, porque las ocho horas de trabajo se consiguieron, dejó mucha gente en el camino. Fue un movimiento mundial.
Curiosamente donde nació este movimiento, en Estados Unidos, este día no se celebra. Por muchos años, este era un día de grandes concentraciones de obreros, y trabajadores, en todo el universo.
Hoy, Primero de Mayo, la jornada, con el tiempo, pasó ser solamente un día de recuerdo y pasado. Fue “una rebelión” justa, según relatos de la época. Las injusticias de explotación, estaban muy marcadas y definidas. Motivo que lleva a recordar, este suceso laboral - patronal, como Día Internacional del Trabajador olvidándose, con el tiempo, desgraciadamente.
Hoy con la presencia de la pandemia mundial, la cesantía aumenta cada día. Sucede en todo el mundo. No hay fuentes de trabajo. Como diría un trabajador nuestro “falta la chamba”. Un argentino “no hay laburo”, y un chileno “no tenemos de pega”.
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