OPINIÓN | Miguel Humberto Aguirre: "Era una ciudad de paso"
Una encuesta, sobre las ciudades más conocidas, a las grandes capitales del mundo, se sumó, inesperadamente para muchos, Belén.
Su historia se inicia muchos siglos antes del nacimiento de Jesús. En el año 1350, antes de Cristo, ya hay documentos hablando de la pequeña ciudad -hablan de solo cuatro casas- en el trayecto hacia Siria y Egipto.
Belén se levantaba en una ladera a 8 kilómetros de Jerusalén. Era un lugar de paso o “bet lejem”, cuyo significado, en hebreo, es algo así como un lugar para detenerse y, luego, seguir en ruta. Continuar el camino.
En Belén nació el Rey David y, por ello, muchos la ubican como la Ciudad de David. La Biblia, señala a David como un rey justo, apasionado, valiente, poeta y músico. Fue rey durante 60 años. Lo mató Joha.
Belén, en esos instantes, en territorio palestino se mantiene vigente el lugar exacto donde nació Jesús. En las cercanías de la plaza Pesebre, donde se levanta la basílica de la Natividad donde, por estos días, se vive un ambiente especial con recuerdos a los sucesos, de aquellos días.
Católicos, cristianos y protestantes tienen, para celebrar esta fecha, días diferentes. Católicos y protestantes lo recuerdan, lo celebran el 25 de diciembre. Los cristianos el 6 de enero, para muchos, bajada de reyes, y los ortodoxos lo recuerdan el 19 de enero.
El lugar donde María y Jesús se cobijaron con el niño, conocido como la Gruta de la Leche, cuando tomaron camino a Egipto, es otro sitio para sentir aquellos años, con más de 2000 años de vida. Muchos turistas van a Belén en busca de un pasado con una historia, jamás olvidado y de una presencia eterna. Allí muchos, distantes por razones religiosas, olvidan el ayer de la antigua, ciudad de paso hoy, presente, hasta con razones diferentes de fe, pero Belén es Belén. La Navidad es el día que, en Belén, se unen todos los tiempos.
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