OPINIÓN | Martín Belaunde Moreyra: ¿Partidos políticos a la fuerza?

El presidente del Consejo de Ministros, Salvador del Solar, dice que las primarias obligatorias han sido concebidas para fortalecer a los partidos políticos. No dudo de su buena fe pero sí cuestiono su acierto. En realidad el gobierno hizo suyo un planteamiento de la “comisión de sabios” presidida por Fernando Tuesta Soldevilla, a quien tampoco impugno sus motivaciones, pero la realidad es que las primarias obligatorias constituyen un sapo muy difícil de tragar, así existan en Uruguay y Argentina. En el Perú sería muy difícil aplicarlas el 2021.

Focalicémonos en la realidad peruana. No cabe duda que los partidos políticos en el Perú por múltiples razones, pero fundamentalmente por la corrupción, están desprestigiados. Este desprestigio alcanza al Congreso y al Poder Ejecutivo, quizás también a los gobiernos regionales y hasta a los municipales. No es un problema de reingeniería sino de liderazgo y militancia, más que de leyes de la calidad de los seres humanos que intervienen en política.

Las primarias abiertas o cerradas son un invento norteamericano para que los partidos Demócrata y Republicano elijan a sus candidatos presidenciales, a gobernadores estatales, congresistas, alcaldes y cualesquiera otros cargos electivos. Estas primarias pueden ser abiertas, (solo existen en 23 estados para las primarias presidenciales) en las que cualquier ciudadano puede participar, o cerradas, donde solo votan los inscritos en el respectivo partido. En los Estados Unidos las primarias funcionan bien. Pero en ese país el voto es voluntario y, por consiguiente, solo votan quienes tienen gran interés en influir en la selección de los candidatos. Además el presidente y el vicepresidente son elegidos por un Colegio Electoral, cuyo escrutinio no coincide con la votación popular como ha ocurrido con Bush y Trump.

En el Perú nunca han habido primarias abiertas y obligatorias para los cargos electivos. Hasta ahora los partidos solo han llevado a cabo consultas entre sus inscritos. Si pasamos a tener primarias obligatorias y abiertas, las elecciones en el Perú se realizarán en 3 etapas, primeros dentro de los partidos para cualquier cargo, luego las elecciones generales para presidentes y congresistas y después la segunda vuelta para presidente, si ningún candidato obtiene más del 50% del voto. Será un ejercicio excesivo y contraproducente que terminará hastiando al votante, porque además se deberá efectuar dentro de los primeros seis meses de cada año electoral. Con un inconveniente adicional, porque alargaría la duración de las campañas e incrementaría sus costos a niveles siderales, todo lo cual aumenta la corrupción. Por lo tanto en el sistema de primarias el voto solo debería ser voluntario. El Congreso así tendría que decidirlo.