OPINIÓN | Martín Belaunde Moreyra: La modernización de la refinería de Talara
Revisando papeles antiguos, me encontré con un Power Point de abril de 2014 del ministro de Energía y Minas de aquel entonces, Eleodoro Mayorga Alba, explicando los beneficios del proyecto de modernización de la refinería de Talara, ahora en ejecución. En ese documento, dicho ministro afirmó varias cosas interesantes. Señaló que el proyecto consistía en la construcción de una nueva refinería para reemplazar la antigua y obtener múltiples ventajas. Dijo que se trataba de un megaproyecto para la desulfurización de los combustibles así como procesar los crudos pesados de la selva. Insistió en que se trataba de un proyecto de “rentabilidad propia (se paga sola)” para pasar de una producción diaria de 65 mil barriles a 95 mil barriles, más una serie de crudos livianos y pesados y subproductos adicionales.
Enfatizó que la inversión iba a tener un costo total de USD 3,495 millones de dólares, de los cuales Petroperú solo asumiría USD 2,730 millones y el saldo de USD 765 millones sería aportado por la empresa privada. Indicó que el componente importado de la inversión sería de un 48% y 52% de insumos locales. Para el proyecto, mencionó textualmente que “la garantía del gobierno se da en respaldo de las obligaciones financieras que contrate Petroperú, siempre y cuando a la Empresa no le alcancen los flujos financieros para asumir dicho pago”. Sobre este punto, el ministro de Economía y Finanzas de esa época, Miguel Castilla, presentó un proyecto de ley aprobado por el Congreso, en virtud del cual el aval del Estado no excedería de mil millones de dólares, dividido en no más de cinco cuotas anuales de 200 millones de dólares cada una.
¿Cuál es la situación actual? El monto de la inversión por el costo del financiamiento se ha más que duplicado, ahora excede de los USD 5,400 millones. No hay inversión privada y si bien el gobierno no ha emitido bonos para cubrir su costo, Petroperú sí lo ha hecho en un monto desconocido. Esos bonos así no hubieren sido avalados por el gobierno, tienen una garantía subyacente del Estado en el caso de que Petroperú no los pague. Pero lo más insólito de todo es que la refinería se modernizó para recibir el petróleo pesado de la selva cuya producción está paralizada por el bloqueo del oleoducto. En buen romance, esta enorme inversión estatal se hace para refinar petróleo importado. Señores Vizcarra y Villanueva, ¿no les parece que es hora de informar al público sobre la materia?