OPINIÓN | María del Pilar Tello: cambios reales se necesitan
La lucha contra la corrupción es fundamental, pero no puede ser la única motivación de un gobierno que enfrenta el fracaso en la reconstrucción del norte, la escasa generación de empleo en todo el país y la lentitud del crecimiento económico más el avance de problemas como la anemia que son la punta del iceberg del colapso de la salud pública. Estos son complejos desafíos para Salvador del Solar y su gabinete remodelado que deberán ser atendidos para superar la medianía de aquel que presidió César Villanueva. Le toca asumir una actitud propositiva, ponerse de acuerdo para articular una agenda a ser presentada al Legislativo y a las fuerzas políticas. Para nada fácil dados los antecedentes de confrontación de un Congreso hoy fragmentado hasta la ingobernabilidad y que acaba de dar señales de que el discurso va por un lado y por otro la realidad al anunciar la discutible interpelación al ministro de Justicia que todavía no ha recibido la investidura.
Hay que decir que en este gesto del Congreso subyacen muchos temores ante el acuerdo suscrito con Odebrecht -al que se ha agregado OAS- que develará culpas y responsabilidades desconocidas. ¿Es posible responsabilizar a un ministro de Justicia no investido por un acuerdo -todavía no homologado por el juez- suscrito por la Procuraduría que depende de él pero esencial y ampliamente por el Ministerio Público que no depende de su cartera?
Más allá de este tema que reviste tantas aristas la designación de Salvador del Solar responde a una apuesta presidencial marketera al igual que la promesa cumplida de lograr la paridad de género. Pero más que seducir a la platea le toca atender la demanda de cambios reales desde la capacidad y la habilidad concertadora y articuladora de un gabinete que debe ser una segunda fila de apoyo para un presidente sin partido y sin bancada. Que deben proteger de las críticas crecientes y de las dudas que ensombrecen su liderazgo anticorrupción.
Debemos esperar los lineamientos de acción de gabinete Del Solar ante el Congreso y su visión de corto y largo plazo de la cual dependerá que Vizcarra y su gobierno se recuperen de la tendencia a la baja en las encuestas.
Pero las relaciones del Ejecutivo con el Congreso en esta nueva etapa comienzan mal. Vientos huracanados se anuncian para el voto de investidura en un Parlamento tan impredecible como escandaloso e irresponsable. Veremos si la razón de Estado logra el espacio que el país exige o si seguimos dilapidando oportunidades de fijar objetivos unitarios y tratar de alcanzarlos. Y, sobre todo, si se corta la racha de ineficiencia que comenzó con las elecciones del 2016 que lamentablemente no se ha detenido.