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OPINIÓN | Manuel Rosas: En la boca del mentiroso, lo cierto...

El problema es que nadie cree en la palabra de los personajes públicos. No creen a los políticos. No creen a los jueces. No creen a dirigentes sindicales...
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19-12-2018

El problema es que nadie cree en la palabra de los personajes públicos. No creen a los políticos. No creen a los jueces. No creen a dirigentes sindicales. No creen a periodistas. No creen a los curas por más que agarren vehemen­tes su biblia. ¡Qué problema! La palabra no sirve. Tiene el valor de un frijol. El martes por la ma­ñana en radio Exitosa el fiscal supremo Tomás Aladino Gálvez gritaba a todo pulmón que los fiscales Domingo Pérez y Rafael Vela se quedaban en sus cargos. Juraba que lo dicho estaba con­firmado por un diálogo directo con Pedro Gonzalo Chávarry. El mismísimo fiscal de la Nación se lo había jurado. Punto. Amén, diríamos en las iglesias. Al segun­do en las redes la respuesta era una sola: mentira. Casi nadie, muy poca gente creía la versión del hombre implicado en una investigación por inventar infor­mes económicos para justificar gastos aparentemente no reali­zados. La voz cuasi sacerdotal de Gálvez caía por los suelos en me­dio de un descrédito alarmante.

No es un asunto solo de ver para creer, es un asunto de cero credi­bilidad en autoridades. La gente se mete algo a la cabeza y nadie lo saca. Peor Chávarry o algún vocero suyo. Es como para decir: en boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso. Además que en los casos Pérez y Vela ese asunto de su choteada de tiro libre no se le metió en la cabeza gratuita­mente. De ninguna manera. Son 18 procesos disciplinarios contra Domingo Pérez. Son documen­tos pidiendo reiteradamente si­tuación de los procesos llevados por él con el supuesto ánimo de evaluar eficiencia. Lo raro es que solo a él exigen eficiencia. Una carta dirigida a las autoridades fiscales brasileñas pidiendo es­clarecer el respaldo al equipo de Vela Barba, incidiendo en que no se trataba de un asunto institu­cional, es probablemente la ma­yor evidencia de la ojeriza casi enfermiza de Chávarry contra el equipo de Vela.

Pero hay más. Reuniones con la crema y nata del fujimorismo que luego sale a despotricar de ambos fiscales. Declaraciones en medios sobre supuestos desaca­tos o rebeldía. En fin, un rosario de obstáculos a los que podemos añadir: no atención a pedidos de más personal, mejor logística, mejor local. Sobre esto último, hay local nuevo, solo que al se­ñor f‍iscal de la Nación no le da la reverenda gana de dárselos. ¡Cómo los quiere! Solo queda dejarle acción al tiempo y a la vigilancia. No bajar la guardia. Mantener los ojos abiertos. Estos son días decisivos, pues se vie­nen cosas interesantes de Brasil. Lo que trae Mywebday y Drousys es sencillamente impresionan­te. Ambos registros encriptados guardan los secretos mejor guar­dados por la mafia Odebrecht. Tenerlos es un logro del equipo comandado por Vela.

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