19/12/2018 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
El problema es que nadie cree en la palabra de los personajes públicos. No creen a los políticos. No creen a los jueces. No creen a dirigentes sindicales. No creen a periodistas. No creen a los curas por más que agarren vehementes su biblia. ¡Qué problema! La palabra no sirve. Tiene el valor de un frijol. El martes por la mañana en radio Exitosa el fiscal supremo Tomás Aladino Gálvez gritaba a todo pulmón que los fiscales Domingo Pérez y Rafael Vela se quedaban en sus cargos. Juraba que lo dicho estaba confirmado por un diálogo directo con Pedro Gonzalo Chávarry. El mismísimo fiscal de la Nación se lo había jurado. Punto. Amén, diríamos en las iglesias. Al segundo en las redes la respuesta era una sola: mentira. Casi nadie, muy poca gente creía la versión del hombre implicado en una investigación por inventar informes económicos para justificar gastos aparentemente no realizados. La voz cuasi sacerdotal de Gálvez caía por los suelos en medio de un descrédito alarmante.
No es un asunto solo de ver para creer, es un asunto de cero credibilidad en autoridades. La gente se mete algo a la cabeza y nadie lo saca. Peor Chávarry o algún vocero suyo. Es como para decir: en boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso. Además que en los casos Pérez y Vela ese asunto de su choteada de tiro libre no se le metió en la cabeza gratuitamente. De ninguna manera. Son 18 procesos disciplinarios contra Domingo Pérez. Son documentos pidiendo reiteradamente situación de los procesos llevados por él con el supuesto ánimo de evaluar eficiencia. Lo raro es que solo a él exigen eficiencia. Una carta dirigida a las autoridades fiscales brasileñas pidiendo esclarecer el respaldo al equipo de Vela Barba, incidiendo en que no se trataba de un asunto institucional, es probablemente la mayor evidencia de la ojeriza casi enfermiza de Chávarry contra el equipo de Vela.
Pero hay más. Reuniones con la crema y nata del fujimorismo que luego sale a despotricar de ambos fiscales. Declaraciones en medios sobre supuestos desacatos o rebeldía. En fin, un rosario de obstáculos a los que podemos añadir: no atención a pedidos de más personal, mejor logística, mejor local. Sobre esto último, hay local nuevo, solo que al señor fiscal de la Nación no le da la reverenda gana de dárselos. ¡Cómo los quiere! Solo queda dejarle acción al tiempo y a la vigilancia. No bajar la guardia. Mantener los ojos abiertos. Estos son días decisivos, pues se vienen cosas interesantes de Brasil. Lo que trae Mywebday y Drousys es sencillamente impresionante. Ambos registros encriptados guardan los secretos mejor guardados por la mafia Odebrecht. Tenerlos es un logro del equipo comandado por Vela.