08/08/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Anoche, mientras terminaba esta columna, hice un pequeño balance de la participación de la delegación peruana en los Juegos Panamericanos Lima 2019, en donde hasta el momento se han conseguido 23 medallas (7 de oro, 6 de plata y 10 de bronce), mejorando muchas marcas nacionales. Definitivamente, es la mejor participación peruana en estos juegos duplicando las preseas obtenidas en Toronto 2015.
Esto, aunado a los reconocimientos obtenidos por un grupo de peruanos en el Capitolio de los Estados Unidos, los éxitos en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar logrados por Susan Ochoa y los escolares peruanos ganadores en concursos internacionales de Física, Química y Matemáticas, nos dan esperanzas de un futuro prometedor en medio de esta crisis política.
Pero estos logros alcanzados no son gratuitos, reflejan muchísimo esfuerzo de parte de los competidores, muchos de los cuales han financiado sus actividades con su propio peculio, nos deja ver la falta de una política de Estado efectiva para la educación, el deporte, el arte, la ciencia y la cultura.
Los Juegos Panamericanos Lima 2019 son una oportunidad de motivar a miles de jóvenes a practicar deporte, en concordancia con el viejo adagio “Mente sana en cuerpo sano”. No hay que ser mezquinos con la Comisión Organizadora de estos juegos presidida por Carlos Neuhaus, quien ha realizado un trabajo impecable y que, paradójicamente, fue sancionado con dos años de inhabilitación como dirigente deportivo por el Consejo Superior de Justicia y Honores del Deporte del IPD, otra de las contradicciones de nuestro país.
Pareciera que lo contradictorio en el Perú está casi normalizado; otro ejemplo es lo de Tía María que como sabemos iniciará actividades con una inversión directa de 1,400 millones de dólares que dinamizará la economía del sur y la de todo el país, debido a que viabilizará tres proyectos que se tienen en cartera como Los Chancas, con una inversión de 2,800 millones de dólares, Michiquillay por 2,500 millones de dólares y una fundición en Ilo con una inversión estimada de 1,300 millones de dólares, es decir una inyección de 8,000 millones de dólares a nuestra alicaída economía, ¿Qué significa esto en números?, si para generar un puesto de trabajo se debe invertir 33,000 dólares aproximadamente, entonces tenemos que 8,000 millones de dólares generarían 242,000 puestos de trabajo, aproximadamente (entre directos e indirectos). La gran contradicción: le dieron la licencia y ahora se la quieren quitar, pero nadie explica que se usará agua de mar en el proyecto, que se tomarán todas las previsiones para no afectar la agricultura; solo se escuchan los gritos de los rojos de siempre que viven de los odios y que tienen como bandera azuzar mediante la mentira.
Esperemos que el Ejecutivo no borre con la izquierda lo que ha hecho con la derecha, ¡Tía María va! si no estamos cerca de la locura.