OPINIÓN | Manuel Altamirano: José Domingo Goebbels
Hace 74 años Goebbels, el tristemente célebre ministro de propaganda nazi, se suicidó dejando un legado de odio y antisemitismo, además de la famosa frase que la están aplicando en la actualidad “Una mentira dicha mil veces se convierte en verdad”.
Investigando la vida de Goebbels, muchos historiadores han determinado que “Su trastorno narcisista de la personalidad le hacía buscar adictivamente el reconocimiento y el elogio”, lo que hoy en día equivaldría a buscar a los medios de comunicación para hacerse famoso o viral, ¿Les parece conocido? Su devoción a Hitler, su obsesión con su propia imagen y el hecho de que pasara una considerable parte de tiempo exagerando sus supuestos logros, fue parte de su personalidad.
Hoy en día a nivel mundial existe la llamada Lawfare o guerra jurídica que consiste en que los regímenes de turno, utilicen a los medios de comunicación para que influyan directamente sobre la población y así justificar los atropellos cometidos en el marco del cumplimiento de las leyes, generalmente se acusa sin pruebas en base a supuestos, lo que conlleva al debilitamiento de la imagen pública de la persona objeto de la persecución, la cual una vez debilitada pierde el respaldo popular y su capacidad de reacción. Luego se utilizan las herramientas legales para recortar su libertad y mediante los medios de comunicación se anticipa una condena, con la finalidad de que los actores imparciales sean vistos como obstructores de la justicia.
Pero centrémonos en el uso de las mentiras para construir un caso; durante los últimos 10 años se ha acusado sin pruebas al expresidente Alan García, nunca se le probó nada; se ordenó su detención preliminar, ni siquiera preventiva, sin pruebas, sin una acusación fundamentada. El fiscal a cargo, José Domingo Goebbels, perdón Pérez; cree en este caso los cambios de versiones de Atala, cuando un testigo que cambia de versiones y entra en contradicciones no es un testigo veraz, creó una presunción de culpa del expresidente Alan García, con apoyo de los medios de comunicación parcializados, de tal manera que la población de antemano esté preparada para una sentencia condenatoria, sin pruebas y sin testigos fiables. Se buscó humillar la figura de un ex gobernante, el más votado de la historia del Perú, tratando de detenerlo de manera arbitraria, para después continuar propalando mentiras, tal vez con la esperanza de que se vuelvan verdad, seguir mintiendo que algo quedará, total, el muerto no se puede defender.
Hoy los medios de comunicación juegan un rol importante y con medias mentiras destruyen dignidades, hoy un medio de comunicación hace la acusación y la sentencia la proyecta otro medio, pero hay leyes naturales y todo lo que sube baja, si no pregúntenle al juez Garzón en España, sí o no José Domingo....Goebbels.
Agradezco a este medio independiente por la presente publicación.