OPINIÓN | Manuel Altamirano: Generando desarrollo
Esta última semana me dediqué a leer diversas informaciones sobre la minería en el Perú, como que el 60% de nuestras exportaciones provienen del sector minero, además genera el 15% de nuestro producto bruto interno y aporta el 20% de los ingresos fiscales, es decir nuestra economía depende en parte de la minería, y siendo así; no me explico por qué tantos antimineros que solo han logrado paralizar la inversión en el país, teniendo actualmente de acuerdo a cifras del Ministerio de Energía y Minas, una cartera de 48 proyectos por ejecutarse que lograrían una inversión de 59,000 millones de dólares, lo que generaría un crecimiento económico en el país y la disminución del desempleo.
Actualmente el precio del cobre, nuestra principal exportación, está a la baja (15% acumulado durante el año), debido principalmente a la guerra comercial entre China y los Estados Unidos de Norteamérica, pero este es el momento en que el gobierno debe transformar esta caída de precios en una oportunidad, ya que se debería incentivar la minería de metales estratégicos como el litio y el uranio, así como también de tierras raras, que son utilizados para la generación de energías sustentables y para la elaboración de componentes para productos informáticos y de telecomunicaciones.
El Instituto Peruano de Energía Nuclear debería estar proponiendo que se desarrolle la extracción del uranio en el país, y que sea procesado dándole un valor agregado, ya que la energía de origen nuclear es la más barata; y en un mundo ávido de energía es una oportunidad para poder diversificar nuestra matriz energética. Lógicamente entrar a la senda real del desarrollo nuclear en el país, permitiría implementar tecnologías que pueden solucionar diversos problemas que van desde salud, cuidado del manto acuífero, mejoramiento de la calidad de nuestras agroexportaciones y hasta combatir la roya del café; es decir la aplicación de nuevas tecnologías nos abre un abanico de posibilidades.
Según un físico exdecano de Ciencias de la Universidad Cayetano Heredia, podríamos hacer maravillas, pero sobre todo recojo su reflexión “Hace 400 años vendíamos minerales y papa, y nos daban armas, libros y caballos; hace 200 años vendíamos guano, salitre y minerales, y recibíamos cañones, barcos, trenes, cristalería; hoy vedemos minerales y frutos, y recibimos teléfonos móviles, ordenadores, hasta satélites; espero que en 100 años más ya no vendamos minerales”.
La guerra comercial de hoy entre los dos gigantes nos puede generar oportunidades de desarrollo, aunque sea en áreas específicas, que nos permitiría poco a poco diversificar las tecnologías que nos darán bienestar.