OPINIÓN| Luis Angeles Laynes: ¿Quieren jueces a su medida?
De un tiempo a esta parte, los involucrados en el escándalo de corrupción de Lava Jato han apelado a una serie de argumentos para tratar de eludir la acción de la justicia que los investiga por haber recibido dinero ilícito de Odebrecht y otras empresas corruptas. Inicialmente, algunos aplaudían la prisión preventiva que se dictaba contra sus adversarios, pero cuando el guante les cayó a ellos, milagrosamente empezaron a pronunciarse todos en contra de esa medida restrictiva, tildándola de exagerada y abusiva.
Después todos coincidían en que no constituye delito haber recibido dinero de Odebrecht para financiar sus campañas electorales, dizque porque no está tipificado como tal los aportes para ese fin, cuando lo cierto es que en unos casos no lo declararon, se quedaron con esos recursos y lo pitufearon con aportantes fantasmas, por ello se les acusa de lavado de activos.
La persecución política fue otro de los argumentos, y ahora para dilatar los procesos y prolongar la acción de la justicia, recurren a la recusación de los jueces que se encargarán de aplicar las sanciones que se merecen, a ir a la cárcel de comprobarse la responsabilidad de los delitos que se les imputa.
Los casos presentados ayer por las defensas de la expareja presidencial, Ollanta Humala y Nadine Heredia contra el juez Richard Concepción Carhuancho; y de Jaime Yoshiyama contra el magistrado que ve el caso de Keiko Fujimori, apuntarían a ese objetivo. ¿Quieren jueces a su medida?
Pero más allá de la validez de los recursos que apelen los abogados de los involucrados en el caso Lava Jato, están las pruebas con las que cuenten fiscales encargados de formular las acusaciones correspondientes. La justicia debe abrirse paso a pesar de todos estas maniobras que solo buscan alargar su agonía, porque el desenlace será el mismo con uno u otro juez, si las pruebas en su contra demuestran los delitos cometidos.
Y a eso es a lo que apunta ahora la validación judicial del acuerdo de colaboración eficaz firmado con Odebrecht, porque ahora las evidencias que se tenían de todos los involucrados serán corroboradas ya no solo con testimonios sino con información documentada, que confirmarán quiénes son los corruptos que recibieron dinero sucio de la llamada Caja 2.
Es a eso lo que temen todos, expresidentes, exministros, exalcaldes y los empresarios del 'Club de la Construcción'. Bien dice el exfiscal Avelino Guillén, este acuerdo permitirá que caigan muchos grupos de poder, como estos señores de cuello y corbata que durante mucho tiempo se sintieron intocables.