10/04/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Los congresistas siguen haciendo noticia con su sueldo, pero lamentablemente cada comentario que hacen es objeto de burla y de cuestionamientos por el repudio que ellos mismos se han ganado de la población con sus propias acciones. Claro que hay muy honrosas excepciones, pero como reza el dicho, “justos pagan por pecadores”.
Primero fue Leyla Chihuán, quien declaró que el sueldo de 15 mil 600 soles que percibe al mes no le alcanza para cubrir sus gastos. Ello no solo fue tendencia en las redes sociales, con mensajes de burla por cierto, sino que hasta la Real Academia abrió la posibilidad de incorporar su apellido en el diccionario como un término para decir “estoy sin dinero”. Hasta la vicepresidenta de la República, también congresista Mercedes Aráoz, se pronunció sobre el tema y planteó que los haberes de los parlamentarios deben sincerarse.
Ayer dos congresistas más se volvieron a pronunciar. Yesenia Ponce dijo también que no le alcanza los 15,600 soles, mientras que Richard Acuña preguntó "¿Por qué no evaluar que un parlamentario pueda tener un buen sueldo?". Puede o no tener razón, pero eso lo dejaremos para después.
El Congreso de la República está muy venido a menos desde hace ya muchos años, con una desaprobación de casi 90% de acuerdo a las encuestas, y no precisamente por los sueldos sino por la calidad de los parlamentarios que lo conforman, principales responsables del desprestigio.
Envueltos en casos de corrupción, acoso sexual y tocamientos indebidos, gastos superfluos, blindajes que ratifican la frase “otorongo no come otorongo”, congresistas que cobran gastos de representación y viáticos cuando se encontraban fuera del país y no en sus lugares de origen, entre tantas otras cosas, son las razones de ese desprestigio y del hartazgo de la población que reiteradamente pide el cierre del Congreso. Por eso mayoritariamente votó por la no reelección en el referéndum de diciembre.
Estas son las cosas que se deben enmendar en nuestro Parlamento Nacional. Además, se debe hacer un sinceramiento en toda la administración del llamado primer poder del Estado. No es posible que siempre que se denuncian problemas de pagos indebidos, se atribuya a errores administrativos.
Lamentablemente, quedan poco más de dos años para que concluya el quinquenio legislativo y el país seguirá conviviendo con estos mal llamados “padres de la patria”. Consideramos que hace falta una reestructuración total del aparato legislativo, antes de hablar de sinceramiento de haberes.