22/03/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
El expresidente de Brasil, Michel Temer, fue detenido en el marco de la operación Lava Jato, sindicado de ser el principal líder de una organización criminal que incurrió en los delitos de corrupción, peculado y lavado de dinero.
Con la caída de Temer, son dos los exmandatarios brasileños presos por el mayor escándalo de corrupción que se extendió a varios países de la región, entre ellos Perú. Luiz Inácio Lula da Silva, líder del Partido de los Trabajadores y quien fue presidente de Brasil entre 2003 y 2010, purga 25 años de prisión por corrupción y lavado de dinero. Pero, además, en ese país hay 150 sentenciados por este sonado caso, muchos de ellos denominados “peces gordos”.
La noticia conocida en las primeras horas de ayer, sin duda, llevó a una primera reacción. ¿Y en el Perú? Mucho se ha cuestionado la lentitud con que el Ministerio Público ha llevado la investigación contra importantes personajes, políticos, exautoridades y exfuncionarios implicados en el escándalo de corrupción. Además, los socios de la empresa Odebrecht que fueron detenidos por estar implicados en los negocios ilícitos de la constructora brasileña, después fueron liberados y sin siquiera orden de impedimento de salida del país.
Tenemos un expresidente, Alejandro Toledo, acusado de haber recibido 20 millones de dólares de coima, prófugo de la justicia, que salió tranquilamente del país y hoy además es protagonista de escándalos en Estados Unidos, como hace unos días cuando en estado de ebriedad fue arrestado toda una noche.
En nuestro país tenemos otros tres expresidentes implicados en el caso Lava Jato, pero en condición de investigados. Según el Ministerio Público, en 15 días se estaría formulando la acusación fiscal contra el primero, Ollanta Humala Tasso.
El país espera que el equipo especial para el caso Lava Jato, que encabeza Rafael Vela Barba e integra José Domingo Pérez, responda al enorme respaldo recibido tras la detención preventiva de 36 meses que dictó el juez Richard Concepción Carhuancho contra la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori Higuchi, y se ponga las pilas para que empiecen a caer los llamados “peces gordos”. Que el acuerdo de colaboración eficaz suscrito con Odebrecht dé sus frutos y que quienes le robaron al país terminen donde deben estar, en la cárcel.
No puede haber privilegios para nadie. La justicia debe medir a todos con la misma vara, sea quien sea y caiga quien caiga.