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OPINIÓN | Luis Angeles Laynes: Muñoz, ¿más de lo mismo?

Muñoz solo está negociando una reducción de las tarifas de los peajes, cuando el clamor de los limeños es que anule los contratos.
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02-07-2019

Lleva ya seis meses en el cargo, y la gestión del alcalde de Lima, Jorge Muñoz, es cuestionada no solo porque no cumple con su palabra de anular los contratos de los peajes, que son producto de la corrupción en las gestiones de Susana Villarán y Luis Castañeda, sino que ahora se formulan serias denuncias que el propio burgomaestre debe aclarar en el acto.

Ayer, el regidor Jorge Valdez denunció que Muñoz despidió a 600 trabajadores de la Municipalidad de Lima argumentando exceso de personal; sin embargo, ha contratado 971 personas, que representa un gasto de 167 millones de soles, con lo que se puede construir la mitad del teleférico desde el distrito de Independencia hasta San Juan de Lurigancho; ampliar cuatro kilómetros del Metropolitano o construir cien kilómetros de pistas en la ciudad.

Esta situación amerita un esclarecimiento de parte del alcalde limeño, porque daría la sensación de que seguimos con las mismas prácticas de anteriores gestiones. Si despidió a 600 por exceso de personal, ¿qué justifica haber contratado un número mucho mayor de trabajadores?

Muñoz se presentó a la contienda electoral municipal como el rostro nuevo, alejado de la corrupción, para hacer de Lima una ciudad diferente a la que dejaron sus antecesores, desordenada, insegura, con un transporte caótico, con unas tarifas de peajes abusivas que ahora todos reclaman eliminar, porque ya se conoció cómo se concesionaron. Por ello Susana Villarán cumple prisión preventiva, tras reconocer haber recibido diez millones de dólares de Odebrecht y OAS, y Luis Castañeda, también investigado por haber recibido aportes de OAS y por ello el fiscal Carlos Puma ha pedido le impidan salir del país, aunque algunos juristas dicen que las evidencias ameritan que ya le den prisión preventiva.

Hoy, Muñoz solo está negociando una reducción de las tarifas de los peajes, cuando el clamor de los limeños es que anule los contratos, tal como lo prometió desde que se sentó en el sillón municipal.

El alcalde de Lima le debe, pues, una explicación a la ciudad para que el fantasma de la corrupción desaparezca por siempre. Pero la contratación de personal mucho mayor a lo que despidió siembra dudas y hay razones para pensar que seguimos con más de lo mismo. Los limeños ya están cansados de autoridades que prometen y no cumplen.

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