OPINIÓN | Luis Angeles Laynes: "La pandemia lo cambió todo"
Hace unos días comentábamos que la pandemia del coronavirus ha cambiado todo no solo en nuestro país, sino en el mundo, porque definitivamente las relaciones sociales y las actividades productivas y comerciales no serán las mismas una vez que se levante el estado de emergencia porque la reanudación de las labores, por ejemplo, será gradual.
El gobierno ya ha establecido tres fases en la lucha que sostiene contra la pandemia. Estamos en la primera considerada de contención, es decir de la toma de acciones para contener el avance del virus, y esta durará hasta el mes de mayo.
En el caso que la cuarentena culmine el 26 de abril, fecha final de la última prórroga, la reanudación de actividades será gradual, porque se evitará por un tiempo más la aglomeración de gente, pues el virus seguirá entre nosotros y hay que protegerse.
La segunda fase, a iniciarse en junio, marcará el mismo esquema de reanudación progresiva de labores, pero está descartado el reinicio de actividades que congreguen reuniones masivas de personas como las deportivas, cines, teatros, y hasta los restaurantes.
Y es por este motivo que ayer, cuando anunció que las elecciones generales en el país se realizarán de todas maneras en el mes de abril del 2021, el presidente Martín Vizcarra dejó entrever que para este proceso no se realizarían las elecciones primarias en los partidos políticos, que forma parte de la reforma electoral que sigue pendiente en el Congreso de la República.
Ello, porque en las circunstancias actuales de coronavirus, al estar prohibida por lo menos hasta fin de año las reuniones masivas, será imposible que se realicen las elecciones primarias. Lo que sí estima el mandatario es que para abril se pueda haber superado este problema y por tanto se llevará a cabo los comicios generales.
Pero, así como la pandemia ha tenido impacto hasta en el calendario electoral, lo que también cambiará sin duda es la forma de hacer política, porque ya no habrá mítines ni recorridos de candidatos entre aglomeraciones de gente. Será por tanto una campaña atípica también.
Lo que sí debe quedar claro, como lo comentamos ayer, es que tras los efectos del coronavirus y el impacto recesivo que dejará en el país, el próximo presidente de la República debe ser una persona por demás preparada, honesta y capaz para levantar al país de la grave crisis en que nos dejará el virus.
Y ese es el reto que tendremos todos los peruanos, aunque por cierto hoy estamos más preocupados en cómo salir de esta guerra sanitaria.