OPINIÓN | Luis Angeles Laynes: La justicia tarda, pero llega
La justicia tarda, pero llega, reza un dicho que bien se aplica esta vez al expresidente Alejandro Toledo, prófugo desde febrero de 2017, que ayer fue arrestado en los Estados Unidos y ahora deberá enfrentar un proceso de extradición para ser puesto en manos de la justicia peruana.
Sobre el exmandatario pesa una orden de prisión preventiva de 18 meses por haber recibido presuntamente una coima de 20 millones de dólares de Odebrecht, aunque hace unas semanas, su exsocio, el empresario israelí Josef Maiman, que se ha acogido a colaborador eficaz, ha declarado que fueron 35 millones de dólares.
Tras su polémica salida del país, en febrero de 2017, Toledo hizo gala de darse la gran vida en los Estados Unidos, y a través de fotos y videos se le vio bebiendo licor. Incluso, en una oportunidad fue detenido 24 horas en San Francisco, al ser encontrado ebrio en la vía pública.
Lo que se viene en adelante será una dura lucha legal para que el expresidente sea traído al Perú en el tiempo más corto posible. Este viernes 19 se realizará la audiencia en la que se decidirá si permanecerá detenido o bajo comparecencia, de acuerdo a las reglas del sistema de los Estados Unidos. Luego, seguirá el proceso de extradición propiamente dicho, que puede durar un año o un poco más, de acuerdo a lo estimado por algunos juristas especializados en derecho internacional.
Queda saber si tras su detención, Alejandro Toledo Manrique decide hablar todo sobre el soborno de 35 millones que pagó Odebrecht por la carretera Interoceánica Sur, y desde ya varios personajes de su gobierno pueden verse en más de un problema con la justicia. Uno de ellos, el expresidente Pedro Pablo Kuczynski, quien fuera premier y ministro de Economía.
Pero hay otros investigados por el caso de los tramos 2 y 3 de la Interoceánica Sur: los directivos de las empresas constructoras consorciadas, como Graña y Montero, JJ Camet Contratistas Generales e Ingenieros Civiles Asociados (ICCGSA).
La lucha contra la corrupción debe seguir firme. El Ministerio Público y la Cancillería han jugado un rol fundamental para lograr la detención del exmandatario. Es un paso importante para su retorno, pero también para que la verdad se abra paso. Para la Fiscalía hay evidencias de que Toledo Manrique no actuó solo y todos deben asumir su responsabilidad, sea quien sea.