OPINIÓN | Luis Angeles Laynes: Futuro incierto
El destino del proyecto de reforma constitucional presentado por el presidente Martín Vizcarra para que se adelante las elecciones generales el 2020 parece estar ya definido. La presidenta de la Comisión de Constitución del Congreso, la fujimorista Rosa Bartra, informó que los debates de la propuesta continuarán hasta octubre, con lo cual rompe el cronograma planteado por el Ejecutivo.
Tras un amplio debate con presencia de los responsables de los tres órganos electorales, marcado por enfrentamientos verbales entre algunos parlamentarios, Bartra dijo además que recibirán el 23 de setiembre a la Comisión de Venecia, cuyo titular Gianni Buquicchio ya adelantó que entre el 11 y 12 de octubre tendrán un borrador de la opinión que emitirán sobre la consulta formulada por el presidente del Congreso, Pedro Olaechea. Entonces, parecería un engañamuchachos la sesión del 23 porque es poco o nada lo que responderían los miembros del equipo de consulta.
Con esta postura, la mayoría naranja y quienes se oponen al adelanto de elecciones estarían cumpliendo con lo que algunos ya han manifestado, votar en contra del proyecto de reforma y mandarla al archivo.
Y es que el solo hecho de prolongar el debate en la Comisión de Constitución hasta octubre, rompe ya el cronograma del proyecto del Ejecutivo, que plantea el mes de setiembre como plazo para la aprobación de la reforma y convocatoria a referéndum, para que se realice en noviembre.
Con antelación, desde el oficialismo y bancadas de oposición a la mayoría naranja, advirtieron las intenciones del fujimorismo para dilatar el debate a fin de impedir el adelanto de elecciones. Lo ocurrido ayer sería parte de ese propósito.
No pretendemos desconocer el derecho que tiene el Parlamento para aprobar o archivar el proyecto de reforma constitucional. El Congreso no está sujeto a mandato imperativo. Lo que preocupa es lo que pasará después de la decisión que asuma el Legislativo, que todo indica será en contra de la propuesta del Ejecutivo.
La crisis política se mantendrá y se desconoce aún cuál será la respuesta del presidente Vizcarra, de ser rechazada su propuesta. Y mientras tanto, los peruanos seguirán esperando que sus autoridades se ocupen ya de atender los graves problemas de inseguridad, del calamitoso estado de la salud pública, de la educación, la falta de empleo, entre otros. El pueblo ya no puede esperar más.