OPINIÓN | Luis Angeles Laynes: cumpla su palabra, señor alcalde

Mientras inspeccionaba la parte siniestrada de Mesa Redonda, el alcalde de Lima, Jorge Muñoz, afirmaba que no le temblará la mano si tiene que cerrar todo el emporio comercial para asegurar que los negocios que operan en esa zona del centro de la ciudad cumplan con las medidas de seguridad, a fin de evitar que se produzca un nuevo incendio que pueda tener graves consecuencias.

Ya en reiteradas oportunidades hemos advertido que muchas áreas comerciales de nuestra ciudad son unas verdaderas bombas de tiempo por las deplorables condiciones en que funcionan, y que no solo ponen en peligro la vida del público consumidor, sino la de los mismos comerciantes. La lección de la tragedia del 29 de diciembre de 2001 en Mesa Redonda, donde murieron unas 400 personas, o la del incendio en Las Malvinas, en junio de 2017, no ha sido aprendida.

Hace dos días nomás, mientras el alcalde Muñoz declaraba a la prensa, se observaba en una de las paredes las “telarañas” de cables de electricidad con los que se abastecen las tiendas instaladas en viejas casonas, y se daba cuenta que en los techos había enormes balones de gas que utilizan chifas y restaurantes. Todo un peligro a la vista y paciencia de los veedores municipales, de Defensa Civil y el mismo Ministerio de Trabajo que deben verificar las condiciones en que trabajan las personas de todos esos negocios.

Muñoz ha dicho que en Mesa Redonda se han otorgado 18 mil licencias que ahora serán evaluadas; sin embargo, se estima que el número de negocios que funcionan en esta zona limeña es más del doble. Solo en el caso de las que tienen permiso municipal, habría que explicar cómo lo obtuvieron. ¿Qué requisitos se exigen?

Esperemos que el alcalde de Lima cumpla su palabra. Que no sea solo un anuncio para las cámaras, aprovechando el momento para ganar titulares. Él debe encabezar esta cruzada de seguridad. Que quienes se encarguen de fiscalizar no se dejen caer en la tentación de la corrupción para hacerse de la vista gorda. Esta tarea no solo es municipal, sino de todas las instituciones ya mencionadas. Y no solo debe realizarse en el centro de Lima, sino en todos los distritos y también en las regiones del país.

Es hora de acabar con la informalidad, el desorden y los tugurios que ponen en peligro la vida de personas. Tragedias como las de la misma Mesa Redonda en el 2001 o la de Las Malvinas en 2017 no deben ocurrir nunca más. Depende de todos los involucrados.