01/06/2021 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Hasta que, por fin, el gobierno reconoció ayer que el número de fallecidos en el país, al 22 de mayo, por causa del coronavirus es de 180,764 personas, que casi triplica a la que ofrecía el Ministerio de Salud hasta el 30 de mayo que era de 69,342 muertes. Esta cifra no solo confirma lo que desde el inicio de la pandemia se dijo a través de los reportes del Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef), que el vacado expresidente Martín Vizcarra se negaba a aceptar durante su gestión.
Las cifras ofrecidas por el Grupo Técnico de Trabajo, que se encargó de establecer los criterios para actualizarlas, ubican ahora al Perú en el quinto lugar en el mundo con más muertes por el Covid-19, detrás de Estados Unidos, Brasil, India y México de acuerdo con los datos que ofrece la Universidad Johns Hopkins, pero según información de la Agencia France-Presse somos primeros en función al número de decesos por millón de habitantes.
El reconocimiento de estas cifras no hace sino corroborar el pésimo manejo de la pandemia por el gobierno de Martín Vizcarra, quien decidió vacunarse a escondidas contra el Covid-19, junto con su esposa y hermano, mientras miles de peruanos morían a diario por falta de oxígeno y camas UCI. Lo más cuestionable es que después de ser vacado por el Congreso de la República, se descubrió que no dejó ni una vacuna comprada para la población.
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Si bien es necesario seguir para adelante y reconocer que el gobierno transitorio de Francisco Sagasti ha logrado contratar la compra de 60 millones de vacunas, con lo que se puede inmunizar a la población mayor de 18 años a fin de año, la gestión de Vizcarra amerita una investigación para que se determinen responsabilidades del por qué hemos llegado a ese lamentable número de compatriotas fallecidos.
Sin duda, la decisión de recurrir a las cuestionadas pruebas rápidas para detectar los casos de coronavirus, pese a que los especialistas advertían que no servían para poder controlar la pandemia, es una de las acciones que debe ser debidamente esclarecida. Esa es una de las causas, según los mismos expertos, del alto índice de muertes en la pandemia, que pudo reducirse también si se implementaba bien el número de camas UCI y abastecía de plantas de oxígeno para atender a los pacientes de covid, lo que no cumplió Vizcarra pese a que se anunciaba la segunda ola, cuyas consecuencias son ya conocidas.
No podemos olvidar que entre las investigaciones que tiene a su cargo la Fiscalía Anticorrupción figura una presunta compra irregular de estas pruebas rápidas que involucra al mismo expresidente Vizcarra, quien además debe responder por qué su gobierno dejó de lado la negociación de diez millones de dosis con Pfizer, con contrato prácticamente a cerrarse y que debió firmar en octubre del año pasado.
Hay, pues, muchas cosas por esclarecer, ojalá se llegue a la verdad y si hay responsabilidades, se sancione como corresponda.
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