OPINIÓN | Luis Angeles Laynes: Y ahora, ¿qué se viene?
Como se diría en términos hípicos, se dio la partida para el adelanto de elecciones a celebrarse el domingo 19 de abril de 2020, según la propuesta de reforma constitucional que recorta el mandato presidencial y congresal presentada ayer por el Ejecutivo al Parlamento nacional, en medio de una encendida confrontación entre los dos poderes del Estado.
Pese al amplio respaldo de la población y opiniones favorables de analistas a la propuesta presidencial, varios congresistas adelantan su posición contraria, pronunciándose a favor del archivamiento del proyecto presentado ayer. Con ello todo seguiría igual y los parlamentarios permanecerían en sus curules hasta el 2021.
Una actitud que, sin duda, alteraría más la situación y provocaría la reacción del pueblo que desde hace mucho les ha expresado su rechazo y pide reiteradamente que los parlamentarios se vayan a sus casas. Es lo que deben aceptar.
Los plazos para las elecciones generales propuestos por el Ejecutivo son muy apretados. Apenas ocho meses para su realización. Queda en tanto poco tiempo para la inscripción de candidatos a la presidencia de la República y las listas parlamentarias para el próximo quinquenio.
Ayer señalábamos que no se vislumbra un potencial candidato para conducir los destinos del país en los próximos cinco años y que por tanto la ciudadanía la tendrá difícil al momento de decidir su voto.
La experiencia de los últimos tiempos, sobre todo este último período, obliga a los peruanos a emitir un voto bien pensado para no equivocarse una vez más en la elección del próximo jefe de Estado y de los 130 parlamentarios. Los votos por el mal menor o los anti, que nos ha conducido a la situación en que nos encontramos, debe pasar al olvido. Es un hecho que muchas caras conocidas estarán en la campaña electoral, pero cuidado.
Y esa es la tarea que le espera ahora a los ciudadanos, involucrarse en lo que significan unas elecciones generales para votar por quien represente la mejor alternativa, que garantice una gestión honesta y que conduzca al país a su recuperación. El Perú no merece seguir como está de cara al Bicentenario de la Independencia. Y el pueblo debe prepararse, porque la elección de nuestros próximos gobernantes está en sus manos.