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OPINIÓN | Lewis Mejía: "Vamos a ponernos de acuerdo"

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15-02-2020

Un nuevo incendio ocurrido en el interior de una humilde vivienda ubicada en el distrito de Lurín volvió a colocar sobre la mesa el tema de la inseguridad ciudadana.

Y reactivó la pregunta sobre qué debe hacer la sociedad frente a los siniestros y accidentes que, lamentablemente, pueden ocurrir, y de hecho suceden, casi todos los días.

Hubo mucho que lamentar en esta emergencia, pues las llamas de fuego, que consumieron varios ambientes de la casa la mañana del pasado martes 11, estuvieron a punto de arrasar con media cuadra.

También acabaron con la vida de dos menores de edad, y dejaron con graves quemaduras a un tercer muchacho, quien todavía se mantiene bajo cuidados intensivos en un hospital.

Un aspecto positivo dentro de todo este drama es que la población, ante la señal de alarma, reaccionó bien, y rápidamente se organizó para sofocar la emergencia, utilizando baldes y ollas con agua.

Esfuerzo que, sin embargo, resultó insuficiente para salvar a dos de las tres personas atrapadas por la magnitud de las llamas, y también para evitar la pérdida de enseres en ese hogar.

Y es que, en este campo, Lima Metropolitana en particular y el Perú en general necesitan dos cosas con urgencia: organizar mejor a la ciudadanía para que pueda evitar los riesgos de incendio en las viviendas.

Y fortalecer al servicio público de respuesta a emergencias del sector -especialmente a sus Compañías de Bomberos Voluntarios- que con frecuencia necesitan de mayores recursos para salvar vidas.

La contratación de uno o dos choferes pagados por la municipalidad para que puedan conducir las ambulancias, carros de rescate y autobombas de los Bomberos Voluntarios, es una forma de apoyo concreto.

Otra manera es impulsar la concreción de proyectos de modernización y reequipamiento para comprar, por ejemplo, nuevos equipos de protección personal -casacas, pantalones, cascos, botas- o ropa de trabajo -overoles y guantes-.

Asimismo, herramientas de rescate y otros artículos de vital necesidad, como radio-comunicadores; o gestionar la reparación de uno de los vehículos malogrados.

Todo esto puede lograrse si la población de determinado distrito se pone de acuerdo con sus autoridades municipales para fortalecer su propia seguridad ante los incendios mediante el presupuesto participativo. Estamos a tiempo.

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