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OPINIÓN | Lewis Mejía: Una brigada de emergencia para mi condominio

La creación de brigadas vecinales de emergencias permite que todos los vecinos de una urbanización puedan prepararse para responder en caso de una necesidad.
OP
21-09-2019

Siempre es mejor estar organizados y, sobre todo, preparados para lo que venga. En temas de prevención y atención de emergencias, si somos más y trabajamos en equipo, mucho mejor.

Este pensamiento se aplica muy bien en el caso del crecimiento urbano en nuestro país, que se expresa con nuevas edificaciones prácticamente en todos los rincones de la ciudad, en su mayoría multifamiliares de varios pisos con o sin ascensor.

Pasar de una casa en piso bajo o un minidepartamento en la azotea de los padres, plantea un serio desafío de adaptación si se trata de mudarnos a convivir en un complejo de varios edificios.

Uno de los principales retos que se plantean es el de cómo abordar la seguridad contraincendios, y el qué hacer en caso nos sorprenda un sismo en la madrugada o una fuga de gas.

La creación de brigadas vecinales de emergencias y desastres suena como una idea interesante, pues permite que todos los vecinos de una urbanización, sea esta vertical u horizontal, puedan prepararse para responder en caso de una necesidad.

Un aspecto importante es verificar, antes de comprar, si nuestra nueva propiedad inmobiliaria dispone de los sistemas necesarios para alertarnos y permitirnos salir con vida de un siniestro.

Hoy, la tecnología ofrece una amplia variedad de dispositivos de alarma audible -timbres y sirenas- y visible -luces parpadeantes- que nos permiten saber que algo extraño está pasando, y tomar medidas.

Importante es que el personal a cargo de la conservación y seguridad del edificio sepa qué hacer en caso se presente un incidente, especialmente en cuanto al manejo de los extintores y los gabinetes contraincendios -esos paneles con mangueras conectadas que van adosados a las paredes-.

Pero no solo ellos. Todos los vecinos de un condominio, de acuerdo a sus posibilidades, deben saber qué lugar ocuparán en caso se presente una situación de desastre, desde los niños pequeños hasta los abuelitos.

Reunirse una vez al mes para discutir los principales problemas de la vecindad, como el pago de la luz y el mantenimiento, también puede ser la ocasión para tocar el tema entre todos, y definir las principales responsabilidades.

Las oficinas de Defensa Civil de las diversas municipalidades, así como las Compañías de Bomberos Voluntarios establecidas en cada distrito, pueden colaborar con sus conocimientos técnicos, brindando la capacitación necesaria. De paso, se acercan más a la comunidad.

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