OPINIÓN | Lewis Mejía: "Si vamos a viajar..."
Julio es un mes que se pasa volando, como decían nuestras abuelas, cuando todo lo queremos hacer rápido porque ya se vienen las fiestas patrias.
Esa premura, con frecuencia, tiene efectos dolorosos cuando se trata de la prevención de los accidentes de tránsito.
Cómo los recientemente reportados por la prensa, y cuyos resultados han sido, una vez más, fallecidos y heridos.
En un contexto de riesgo a la bioseguridad por la pandemia de la Covid-19, ir a un hospital por un choque o una volcadura es lo menos deseable.
La situación se complica cuando se trata de viajar por las diversas regiones y provincias, una tradición de medio año entre los peruanos.
Ante ello, lo recomendable es, una vez más, evitar los accidentes, manejando a la defensiva y respetando los límites de velocidad y las señales de tránsito.
Pero... Y qué pasa si uno mismo no es el conductor sino apenas se cuenta entre los inocentes pasajeros.
La regla general y la lógica indican la pertinencia de abordar una unidad móvil confiable y segura.
Esto quiere decir, que tenga sus permisos, licencias de transporte y otros documentos en regla.
Con sus vehículos en buen estado, amén de choferes capaces y descansados.
Eso nos lleva a dejarnos trasladar por -mejor dicho, elegir- empresas interprovinciales serias y formales, y con un bajo índice de siniestralidad, es decir pocos accidentes.
Por todo eso, si tú y tus familiares se preparan para viajar al interior de nuestro país, elige lo más seguro.
Incluyendo las medidas de salubridad que eviten el contagio dentro del autobús o a consecuencia del traslado.
Con frecuencia, el intento de ahorrarnos unos pocos soles y desplazarnos de cualquier manera nos pone en peligro y a los seres queridos.
Si vamos a viajar, recordemos que en realidad la vida es lo más valioso y la debemos preservar siempre.
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