OPINIÓN | Lewis Mejía Prada: Sirena y luces de emergencia
El reglamento nacional de tránsito indica claramente que, ante la presencia de un vehículo de emergencia, con sirena al viento y luces intermitentes encendidas, todos los conductores deben cederle el paso.
Igualmente, en el caso de los peatones, grandes o chicos deben esperar hasta que la ambulancia, el patrullero o el carro de bomberos haya pasado rumbo a su incierto destino.
Sin embargo, esta conocida indicación viene siendo incumplida con cada vez mayor frecuencia en nuestras ciudades, irresponsabilidad que pone en peligro la atención de un caso de vida o muerte.
¿Emergencias? Podemos hablar sobre el traslado de un paciente crítico afectado por un infarto, un derrame cerebral u otra dolencia extrema, que requiera de una atención inmediata para salvarse.
También podría tratarse de un incendio en una vivienda, en una industria o en un centro comercial o de estudios-colegio, universidad, instituto-, donde los minutos cuentan para neutralizarlo y evitar que se propague sin control.
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O, en el caso de la inseguridad ciudadana, ese ulular de las sirenas que se acercan acaso anuncie la llegada de los efectivos de la Policía Nacional del Perú para enfrentar un asalto. De acuerdo con el Reglamento Nacional de Tránsito, la infracción con código M25 tiene que ver con “No dar preferencia de paso a los vehículos de emergencia y vehículos oficiales cuando hagan uso de sus señales audibles y visibles”.
Esta falta es calificada como muy grave y se sanciona con la aplicación de una multa que significa el 12% de una Unidad Impositiva Tributaria (UIT), equivalente a S/528. Asimismo, según la última modificación aprobada mediante el Decreto Supremo Nº 025-2021-MTC, al incurrir en esta infracción, el conductor sumará ahora un total de 90 puntos en su récord.
Existen, asimismo, vías exclusivas para la circulación de las unidades de transporte público, como por ejemplo los autobuses acoplados del Metropolitano, que en caso extremo son usadas por los vehículos de emergencia. Hay que evitar invadirlas con los vehículos particulares, pues de lo contrario se estará cometiendo otra falta grave y, lo que es peor, arriesgándose a sufrir de un accidente de tránsito.
Los Bomberos Voluntarios se unen a la cruzada por hacer de nuestra ciudad, y especialmente de nuestras carreteras, avenidas, jirones y calles, lugares más seguros tanto al conductor como al peatón. Y por eso, hacen un llamado a transitar de manera responsable y respetando las normas de tránsito, pues con nuestra actitud se puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte de una persona. Es una de las formas de reducir los altos índices de siniestralidad que tanto dolor y pérdidas causa a la sociedad peruana.
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