Opinión | Lewis Mejía Prada: Un héroe de verdad

Nicolás André Santa Gadea Morales, joven chalaco de 23 años, bombero profesional aeronáutico en el equipo de rescatistas en el “aeropuerto internacional Jorge Chávez” de Lima.

A una semana de su fatal accidente, se siente mucho su ausencia, especialmente en el cuartel de la que siempre será su unidad, la Compañía de Bomberos Voluntarios Garibaldi No. 7 del Callao.

“Nico”, como le llamamos desde siempre, llegó a la Bomba de la mano de su papá cuando era un niño, gustando de inmediato con todo lo que fuera carros, trajes y equipos de los bomberos.

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Así, fue convirtiéndose en un adolescente y luego un joven siempre listo para apoyar en todo lo que tuviera que ver con prevención y atención de emergencias.

Respetuoso, atento a las indicaciones y necesidades del servicio, fue estudiante de la universidad y deportista, pues integró las divisiones menores del Sport Boys Association.

Y sobre todo hábil bombero que a su corta edad ya destacaba en la difícil misión de salvar vidas, como en aquel rescate que le tocó atender en un sector del distrito de Ventanilla.

En el lugar, dos obreros trabajaban en un camión-cisterna de combustible, y en algún momento decidieron realizar los trabajos “dentro” de la estructura de metal.

Si bien el recinto estaba vació, guardaba restos del producto y muchos gases altamente tóxicos que los trabajadores intentaron enfrentar con unas mascarillas de tela...

No fueron efectivas, obviamente, y de pronto se desmayaron por falta de oxígeno, generando alarma entre sus compañeros quienes llamaron a los Bomberos.

Allí entró en escena nuestro querido Nicolás, quien rápidamente salió a bordo de una autobomba rumbo al incidente.

Los “hombres de rojo” llegaron, evaluaron y aseguraron el escenario, y luego se introdujeron por la escotilla para verificar si los trabajadores estaban vivos. ¡Y sí lo estaban! Nicolás entró primero, seguido por su compañero Paolo Maldonado, y entre los dos logran estabilizar y rescatar a las víctimas, salvándoles la vida...

¿Por qué es tan importante este salvamento? Porque otros grupos de rescate ya habían estado horas antes en el lugar y no habían detectado señales de vida en los atrapados, solo esperaban el levantamiento de los cadáveres.

Pero felizmente llegó Nico, quien arriesgando su propia existencia entró valerosamente a esa oscura trampa mortal, y gracias a su preparación y temple logró su cometido sin cometer el más mínimo error.

Así fue este muchacho, un amigo, buen hijo, un valiente, un salvador de vidas, una esperanza para quien estuviera en peligro, un bombero voluntario peruano que siempre será un gran ejemplo para las nuevas generaciones.

Un héroe de verdad.

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