Opinión | Lewis Mejía Prada: Después del desastre
Imaginemos que finalmente ocurrió el largamente pronosticado desastre. Y que lograste sobrevivir sin mayores daños tanto a ti como a tu familia.
¿Has podido reflexionar sobre cómo será el día siguiente a un sismo de gran intensidad o un incendio? El súper terremoto que asoló la ciudad de Pisco y alrededores el 15 de agosto de 2007, dejó muchas lecciones que jamás debemos olvidar.
En esa época, por ejemplo, se validó dolorosamente que la tesis de la autoconstrucción provoca víctimas. En efecto, solo en esa región hubo 600 fallecidos, 1300 ciudadanos heridos y 450 mil peruanos resultaron damnificados.
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La destrucción de las viviendas sumó las 48 mil, lo que dejó en la calle a familias enteras. Desde los adultos mayores hasta los niños muy pequeños, pasando por los jóvenes pisqueños, todos sufrieron de una u otra manera los estragos del desastre. Y tras las primeras horas posteriores a la hecatombe, el hambre, la sed y la necesidad de abrigo se hizo presente con toda su dureza.
Si eras superviviente, la pesadilla recién había empezado y el sufrimiento lo ibas a vivir por varias semanas y meses.
Y si te había tocado un cargo como autoridad local, a lo anterior debías sumarle esas urgentes responsabilidades frente a tu comunidad.
Se sabe de cómo colapsaron las diversas instituciones debido a que sus líderes se contaron entre las víctimas mortales o quedaron en un alto nivel de shock emocional.
Fue tan fuerte el impacto que casi nadie estuvo en capacidad de resolver los desafíos de la emergencia y brindar apoyo efectivo.
Con las comunicaciones cortadas por los derrumbes de las antenas de transmisión, la posibilidad de avisar a familiares y amigos de otras zonas de nuestro país fue casi imposible.
Pero hacía falta alimentos, agua, medicinas, papel higiénico, jabón, así como mantas u otra ropa de abrigo. El auxilio del Estado, los países amigos y de las organizaciones internaciones empezó a funcionar efectivamente a partir del tercer día.
Piénsalo, ¡¡¡recién tres días después del terrible movimiento telúrico se pudo contar con un sistema eficiente!!!
Y eso que hablamos de los habitantes del casco urbano, cerca al puerto y a la base aérea a dónde llegaban, se almacenaban y distribuían los víveres y demás...
Con todo este panorama, ¿te has preguntado si tienes lista tu mochila de emergencias que te permitirá sobrevivir durante dos o tres días? ¿Te has dado cuenta de la importancia de tener un plan de seguridad familiar para saber qué hacer en caso de desastre?
Hoy sábado, todavía estás a tiempo de prepararte y evitar que la emergencia te encuentre sin estar preparado.
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