17/09/2022 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
A esta hora del día, la última víctima del derrumbe que afectó a una vivienda en el distrito del Rímac prosigue con su proceso de recuperación luego de estar atrapada durante varias horas.
Una persona de 56 años de edad se había convertido en la tercera y última víctima en ser rescatada tras el derrumbe del tercer piso de la casa de quincha y adobe ubicada en el cruce de los jirones Virú con Paita.
Sus dos sobrinos habían logrado escapar con el auxilio del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú y trasladados al Hospital Cayetano Heredia donde se encuentran estables.
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La emergencia sucedió a eso de las 4 de la madrugada, cuando el tercer piso de una antigua vivienda afectada por el paso de los años, la humedad y la fatiga de los materiales, sufrió un colapso de sus estructuras.
Esto ocasionó que toda esa masa de madera, quincha y adobe cayera sobre el segundo nivel, que no pudo soportar esta sorpresiva recarga de peso, precipitándose al primer nivel.
Este fue un caso con un desenlace muy afortunado, a pesar de todo, pues los afectados lograron escapar o ser rescatados sin sufrir mayores lesiones y, lo más implante, conservando la vida.
Pero no es un caso extraño, más bien se torna cada vez más frecuente, especialmente en temporada de invierno, la que todavía vivimos, debido al incremento de la humedad. Hablamos de edificaciones con más de 60 años de haber sido construidas.
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¿Qué podemos hacer ante esa situación? En primer lugar, revisar el estado de la construcción, apelando a un experto en construcción civil que pueda determinar cuáles son las áreas que puede colapsar y de qué manera es posible evitarlo.
En segundo término, aplicar los correctivos necesarios para conservarla, es decir reforzar o apuntalar aquellos espacios críticos que en caso de un sismo pudieran desestabilizarse.
Es fundamental tener un plan de emergencia que permita saber a los miembros de la familia qué hacer en caso ocurra un deslizamiento o derrumbe, en cuanto a cómo identificar las señales de alarma.
Una de ellas es, por ejemplo, la presencia de rajaduras en las paredes, muros y columnas, así como filtraciones de agua y desagüe, además de problemas a la hora de abrir y cerrar puertas y ventanas, aparentemente descuadradas.
Hay que estar muy atento a los ruidos extraños y sorpresivos que puedan provenir de techos y paredes, sobre todo aquellos que parecen estremecer la edificación.
El agrietamiento de los pisos es otra señal, así como el desplazamiento de las escaleras, que de la noche a la mañana pueden presentarse descentradas o con los escalones sueltos.
En caso de darse estas advertencias, la familia debe tomar su mochila de emergencia y por prevención abandonar ordenada y rápidamente el lugar, sin correr para evitar los tropiezos.
Y dirigirse a las autoridades de defensa civil de su propio distrito, para solicitar una evaluación de riesgos y a partir de ello tomar las medidas correctivas que sean necesarias para evitar un desastre.
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