Opinión | Lewis Mejía Prada: Construcciones sin peligro
Es verdad que la informalidad está presente en casi todas las actividades, especialmente en la industria de la construcción civil, en un país como el nuestro, donde la carencia de viviendas es enorme.
Por eso, no sorprende, aunque debería, el reciente accidente en el distrito de Ventanilla, donde una construcción cedió y cayó sobre varios trabajadores, dejándolos atrapados.
Los Bomberos Voluntarios del Perú, ni bien enterados del incidente, movilizaron a su Grupo de Rescate Urbano USAR Perú, un equipo especializado en ese tipo de salvamiento.
Pero nada de esa labor de alto riesgo que deberán realizar los hombres y mujeres “de rojo” hubiera sido necesario si en lugar de la llamada “auto construcción”, se hubiera consultado con un profesional.
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Pero vamos, que más de medio Perú padece de ese mal, si consideramos que según la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco), un alto número de viviendas en la capital del país no fueron edificadas correctamente para resistir un sismo.
El problema se agudiza en las zonas populares, donde este cálculo llega a elevarse casi hasta el 90%, que se incrementa conforme surgen nuevos asentamientos humanos.
Se trata de un gran desafío que deben afrontar las nuevas autoridades municipales, en cuanto a su responsabilidad en el otorgamiento de las licencias de construcción.
Igualmente, del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, cuyas políticas de crecimiento urbano ordenado deben aplicarse para evitar un resultado indeseable: el colapso de una edificación con personas dentro.
No sabemos aún qué motivó que la estructura en Ventanilla se viniera abajo y provocara tanto desastre y dolor, pero debe servirnos de lección y alerta de lo que no debe suceder.
Así que, si vas a desarrollar un proyecto inmobiliario, lo mejor es tomar los servicios de un profesional acreditado en el colegio de ingenieros, con la colegiatura vigente.
Pídele que te comente en qué proyectos ha participado y, de ser posible, te comparta los trabajos recientemente realizados, y si puedes visítalos y pregunta a los propietarios qué tal les va, y qué tan seguro resultó esa experiencia.
Pregunta, consulta, investiga antes de dar el visto bueno para una u otra propuesta, y considera que lo más barato generalmente no es lo mejor porque podría significar materiales de
menor calidad a la exigida.
Trata de verificar que los materiales procedan de los proveedores acreditados, es decir evita por ejemplo los ladrillos comprados en ladrilleras informales o sin la debida acreditación de calidad.
Y una vez terminada tu obra, no la recargues: si está planificada para soportar 3 pisos, pues respétalos. Recuerda que mientras más pisos le agregues mayor será la carga y los peligros en caso de un sismo o una falla estructural.
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