18/01/2020 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Las fábricas informales y los depósitos industriales clandestinos son un peligro latente que se convierten en una penosa realidad cuando ocurre una desgracia.
Como el reciente incendio que se desató dentro de un almacén en El Agustino, donde se apilaban más de dos mil balones de combustible sin mayor control.
Las quemaduras de primer y segundo grado sufridas por su propietario -en brazos y piernas- le habrán hecho reflexionar sobre la importancia de respetar las normas de Defensa Civil y le dejarán cicatrices para toda la vida.
Pero el siniestro no solo lo afectó a él y a su negocio, también tuvo un serio impacto en el medio ambiente, debido a los humos contaminantes.
La salud de los vecinos, especialmente de niños y adultos mayores, también se puso en riesgo por los gases tóxicos, quienes debieron ser atendidos por problemas de respiración.
Numerosos vecinos se preguntan si pueden hacer algo para evitar casos similares en sus barrios, y la respuesta es afirmativa.
La comunidad organizada debe denunciar ante las autoridades municipales a aquellos negocios que sean auténticas bombas de tiempo en determinado barrio o sector de la ciudad.
Sin nada de temores, con la mayor firmeza y, sobre todo, con la verdad.
Por su parte, las oficinas de Defensa Civil municipal deben actuar de inmediato si reciben una denuncia respecto a una actividad comercial o industrial que entraña riesgos a la ciudadanía.
Muchos incendios han podido y pueden evitarse con la activa participación de los vecinos, que además de ser los potenciales afectados son también los beneficiarios de medidas de precaución.
Si no queremos más tragedias como las del mercado de Mesa Redonda o de este local sin licencia comercial en Lima, debemos actuar ya en defensa de nuestros derechos a la vida y a la salud.