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OPINIÓN | Lewis Mejía: "Nunca es tarde para cambiar"

mk222
25-01-2020

Extinguidas por los Bomberos Voluntarios las llamas del gran incendio por fuga de gas de un camión cisterna, ocurrido esta misma semana en un sector de viviendas de Villa El Salvador, es importante saber que no solo queda espacio para las lamentaciones, también es el momento de cambiar.

Cambiar de actitud en cuanto a cómo vemos los temas de prevención de accidentes y emergencias, especialmente a nivel de las empresas e instituciones, y también los vecinos.

Evaluar sobre qué tan eficientes somos como sociedad para responder oportuna y adecuadamente ante un incidente de tal naturaleza y, sobre todo, para llamar la atención -una vez más- a las autoridades correspondientes sobre el rol que les toca cumplir en todo esto.

El precio de este cambio -si es que llega a darse de verdad- será la vida de ocho personas que hasta el momento han fallecido a consecuencia del estallido y posterior siniestro en el lugar.

Ahora que todo queda bajo la lupa de la ley, empiezan a darse lamentaciones y a echarse la culpa unos a otros sobre lo que no se hizo a tiempo, lo que debió hacerse y nunca se concretó, y respecto a quién o qué es responsable de la tragedia.

Y mientras ese debate tiene como escenario los noticieros e informativos, nosotros como ciudadanos nos debemos preguntar cómo y qué podemos hacer para que este desastre no vuelva a ocurrir jamás.

En principio, supervisar a nuestras autoridades municipales para que trabajen en hacer cumplir las normas de Defensa Civil, pero también cumplirlas nosotros mismos en nuestras actividades cotidianas.

Especialmente, en aquellos negocios que tenemos en la cuadra, como son bodegas, restaurantes, dulcerías y demás, deben tener sus extintores a la mano, debidamente cargados y vigentes y, sobre todo, saber usarlos.

La numerosa cantidad de víctimas por quemaduras en el incendio del camión cisterna de gas denota que ante la voz de alarma, pocas personas evacuaron la zona de peligro, lo que se convirtió en una trampa mortal cuando el gas se convirtió en fuego vivo.

Debemos cambiar todos, ser más preventivos, reducir los riesgos, asumir nuestras responsabilidades como funcionarios o servidores públicos, y también como peruanos de bien.

De esta manera, empezando hoy mismo, todos y cada uno de nosotros, y en memoria de los fallecidos, vamos a caminar rumbo a ser lo que debemos ser en este bicentenario de la independencia nacional: una sociedad más segura y capaz de proteger y brindar garantías a sus ciudadanos ante el peligro.