OPINIÓN | Lewis Mejía: La niebla de estos días

Vamos tranquilos manejando por la carretera, con el reloj marcando la media mañana o pasada la tarde, cuando de pronto el cielo empieza a cubrirse de nubes y baja la temperatura ambiental. Y todo lo lindo y prometedor que se presentaba el día, se torna en semioscuridad, hasta que empieza a aparecer la neblina, blanca, lechosa, que no nos permite ver más allá de la punta del carro.

Se trata de una de las condiciones climáticas que en estos días se vienen presentando con mayor frecuencia, si tenemos en cuenta que ya nos encontramos en la estación del otoño.

Efectivamente, esos rayos del sol que nos calentaban los días ya empiezan a ser cosa del pasado, y ha llegado el momento de ir al ropero para sacar las chompas, casacas y otras prendas de abrigo.

Este natural cambio de clima tiene, también, su impacto en la seguridad vial y la prevención ante la ocurrencia de accidentes, especialmente aquellos vinculados al tránsito vehicular.

Si vives o trabajas -y conduces un automóvil-cerca al mar, desde el Callao hasta Chorrillos, y tu ruta habitual es la Costa Verde, debes extremar las precauciones, especialmente en las mañanas.

También si tienes que transitar por la ruta de Pasamayo, un sector del cono norte de la ciudad donde la presencia de neblina densa es frecuente, y con una densidad que muchas veces no te dejará conducir.

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Este mismo y preocupante panorama podría presentarse en las alturas de Villa María del Triunfo -el famoso Ticlio Chico-, Pachacamac, Lurín, o entre Comas y el distrito de San Juan de Lurigancho -llamado Pasamayito-.

Por tal motivo, antes de salir de donde te encuentres, es mejor revisar el sistema de iluminación del carro, desde las luces bajas, las altas y las de parqueo, porque tal vez podrías necesitarlas kilómetros más adelante.

Revisa debajo, a la altura del motor, si hay alguna fuga de líquido, y trata de poner la mayor atención en los fluidos del sistema de frenos; revisa si se encuentran en sus niveles adecuados, de no ser así, completa lo que corresponda.

Si al salir de donde estés te encuentras con que la vía está nublada, aun cuando estés apurado, debes detenerte a pensar por un momento que las condiciones de un choque están dadas.

Y que en gran medida dependerá de ti que eso no suceda, si mantienes una atención total sobre lo que pasa en la vía y a tu alrededor, especialmente al frente; reduces la velocidad, colocas tus luces de emergencia y manejas a la defensiva.

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