26/10/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
De los accidentes de tránsito con fatales consecuencias, hemos pasado a una nueva racha de incendios. Uno muy intenso tuvo lugar el pasado martes en un mercadillo en la ciudad de Huarmey, en Áncash, donde el fuego destruyó 60 puestos en el centro de abastos 'San Martín de Porres'.
El lugar afectado no cumplía medidas mínimas de seguridad, según las autoridades locales, como por ejemplo contar con la cantidad necesaria de extintores a la mano, saber usarlos, mantener las instalaciones eléctricas adecuadas sin sobrecargarlas, y evitar la acumulación de materiales inflamables.
El jueves que pasó, otro gran siniestro sucedió en una vieja quinta ubicada en el centro de Lima, en una vivienda que según los vecinos era utilizada como depósito clandestino de materiales reciclables, como cartones y plásticos.
La emergencia más grave fue el incendio en una fábrica textil en la avenida Maquinarias, donde parte del almacén de fardos de telas sintéticas y de algodón quedó convertido en cenizas.
Allí las pérdidas fueron millonarias, y aunque se pudo neutralizar luego de varias horas de trabajo de los Bomberos Voluntarios, se generó un alto nivel de contaminación por los humos desprendidos que ocasionaron molestias respiratorias en niños y adultos mayores.
Los obreros también han perdido con esta emergencia. Algunos quizá dejen el empleo, otros verán reducidas sus horas de trabajo y como consecuencia cobrarán sueldos reducidos a fin de mes.
Es que los incendios generan pérdidas para todos, más allá de los propios efectos del fuego. En la pérdida de puestos de trabajo, como es el caso de los comerciantes en Huarmey o los obreros de la textil en Lima.
Y por eso es tan importante evitarlos. Porque sus impactos van más allá del siniestro, al afectar directamente los bolsillos de la población que realiza actividades alrededor de la zona afectada: los proveedores de bienes y servicios.
Hablamos también de los vendedores de desayunos y almuerzos, los transportistas -microbuses y mototaxistas-, e incluso hasta el quiosquero de venta de periódicos de la esquina...
Uno de ellos puedes ser tú. Por eso es importante prevenir los accidentes, reducir los riesgos de incendio, organizarse para saber qué hacer y cómo actuar hasta que llegue la ayuda, compartir con los compañeros de trabajo los consejos de seguridad, supervisar que se cumpla con la normatividad de Defensa Civil.
Y tener a la mano el número telefónico 1-1-6 de los Bomberos Voluntarios, indicándoles dónde y qué es lo que se está quemando, cuántas personas están afectadas en el lugar, si hay heridos, cantidad, edades y gravedad de cada caso -en lo posible-, y qué otros peligros van a encontrar -balones de gas, por ejemplo- antes que lleguen a la emergencia.