13/07/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
El reciente accidente donde un niño perdió la vida al quedar atrapado en un ascensor para personas con discapacidad, en un conocido restaurante del distrito de Jesús María, vuelve a llamarnos la atención sobre lo peligroso que es dejar a los menores de edad sin la supervisión de un adulto.
Ya las autoridades están tomando cartas en el asunto y se vienen realizando las investigaciones necesarias para determinar los niveles de responsabilidad de los involucrados en tan penoso suceso.
Sin embargo, es preciso saber que según las estadísticas del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú (CGBVP), los incidentes vinculados a estos sistemas son relativamente pocos frente a otras emergencias.
Ahora que los ascensores empiezan a abundar, pues cada vez se construyen más edificios de departamentos y centros comerciales en las ciudades de nuestro país, dotados de estos aparatos, resulta necesario reflexionar sobre cuáles deben ser los cuidados que debemos tener en casa o en un lugar público.
En primer lugar, los niños nunca deben andar solos. Recordemos que son seres humanos en proceso de desarrollo físico y maduración intelectual, y por su corta edad, traviesos por naturaleza, buscando descubrir el mundo que muchas veces les es hostil y hasta peligroso.
Los comerciales pueden resultar maravillosos y muy atractivos para los chicos. Pero es mejor andar con cuidado y reducir al mínimo el peligro de sufrir un accidente por descuido de los adultos.
Si vivimos en un edificio, debemos ponernos de acuerdo con la junta directiva de administración para determinar un protocolo a aplicarse en caso el ascensor se malogre entre pisos u ocurra un corte de energía eléctrica.
Todos en el condominio debemos saber qué hacer en estos casos, cómo pedir ayuda, cuáles son los sistemas de alarma que podemos accionar, y quién puede ayudarnos.
Con frecuencia, en los nuevos ascensores, se cuenta con dispositivos muy modernos que permiten rápidamente pedir auxilio y reducir los riesgos. Hay que saber usarlos.
Si por alguna razón quedamos atrapados en un ascensor, lo más importante es mantener la calma. La desesperación no nos va a sacar más rápido, al contrario. El estrés y el pánico podrían dificultar las labores de reparación o rescate, así que lo mejor es pedir ayuda, sentarse y esperar.
Cuidado. Forzar las puertas o los tableros de control podría agravar el problema. Tampoco vale tratar de romper el techo y subir por entre los cables. Hacerlo es exponerse a recibir una descarga eléctrica.
En el caso de adultos mayores, personas con discapacidad y niños, especialmente con los traviesos, hay que tener mucha atención. Enseñarles o recordarles, según corresponda, las recomendaciones antes mencionadas.
Y nuevamente el consejo: los niños no deben quedarse solos. Siempre deben estar bajo la supervisión de un adulto que pueda evitar algún accidente o pedir ayuda en caso de una emergencia.