18/12/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
El rostro del presidente Martín Vizcarra refleja la tensión del ejercicio del poder y del endemoniado momento que le ha tocado mandar el país. Nadie, ni los partidos democráticos, ni personalidades destacadas de la ciencia, el arte y la cultura, que han apoyado su causa, se proponen dar un paso hacia el apoyo al gobierno que ha enfrentado como nadie la corrupción y las reformas políticas que la nación requiere. Oportunismo o realismo ante masas de ciudadanos indómitos, el debilitamiento del gobierno en todos los frentes está permitiendo la ofensiva de 3 jinetes del Apocalipsis contra la sociedad peruana.
El primer Jinete del Apocalipsis cabalga sobre el jamelgo de la Junta Nacional de Justicia con el objetivo de mantener el modelo cuellos blancos como franquicia favorita de los corruptos en las decisivas instancias judiciales y legales del país. Los operadores de esta causa son, nada menos, que el jefe de la Contraloría y el defensor del Pueblo, ambos elegidos por la mayoría del Congreso disuelto. Avispados cronistas judiciales y abogados de cuello azul (honrados yuppies legales que no entran en vainas) informan que se viene una elección de la Junta Nacional de Justicia adonde los auspiciados por estos funcionarios serán mayoría. Esto incluye, entre otros, un gerente del Poder Judicial que sigue las órdenes de un juez ultraconservador de la Corte Suprema, a una abogada amiga dilecta de Alan García. Una verdadera Corte de los Milagros del pasado que no se quiere transformar. Caso aparte es el de la Dra. Inés Tello, una honesta jueza suprema, que quedaría en minoría frente a la aplanadora restauradora.
El segundo jinete del Apocalipsis es el Tribunal Constitucional, sujeto de graves tensiones internas que lo debilitan aceleradamente. La disputa sin precedentes históricos en el organismo tiene un diabólico instigador en su expresidente, hombre antes conocido por ser un convencido antifujimorista durante 20 años, convertido hoy en portavoz de las causas conservadoras más extremas. Entre ellas, la posible declaratoria de la inconstitucionalidad del cierre del Congreso. Algo que es una clara violación a la voluntad popular y un desafío inconstitucional al derecho de cierre del Legislativo que asiste al presidente.
El tercer jinete del Apocalipsis es el Jurado Electoral Especial de Lima, dirigido por un abogado penalista, posiblemente carcelero. No entiende el derecho electoral y la lógica cartesiana más elemental. Ha dejado fuera de carrera a decenas de candidatos, varios sin razón a muchos honrados y a muy pocos deshonestos. Un caballo de Atila que adonde pisa no deja una brizna de hierba.