OPINIÓN | Julio Schiappa: segundo referéndum, salida de unidad nacional

La persistencia con la que la población respalda las reformas políticas y la acción de la justicia anticorrupción supera todas las predicciones. Hemos pasado por el trauma del suicidio de un presidente, ver a primeros mandatarios ingresar a la cárcel, y una campaña negra para convertir a los justicieros en criminales. Impertérritos, como el Morro Solar o el Cerro San Cristóbal, los peruanos sigue creyendo que el cambio es posible.

Las encuestas indican que 70% de los peruanos respalda las reformas políticas presentadas por el Poder Ejecutivo, 84% consideran que los partidos deben sustentarse en elecciones abiertas a toda la población y 77% que hombres y mujeres candidatos deben postular en listas paritarias. Aunque parece un esquema de las democracias nórdicas (Suecia, Noruega, Islandia), hay más, 83% de los peruanos exigen que sea delito el financiamiento ilegal de los partidos políticos ,y, que la Corte Suprema y no el Congreso, decidan sobre el levantamiento de la inmunidad parlamentaria.

Respecto al Congreso, solo 10% de los ciudadanos se sienten representados pero su actitud es claramente positiva cuando se les propone el cambio de la representación, incluido en las reformas. Un 70% piensa que con las reformas mejorará la calidad de los partidos. Más interesante aún, 76% de los que aprueban a Vizcarra y 66% de los que lo desaprueban están de acuerdo con los cambios.

La encuesta del IEP, que comentamos, nos permite entender que estos cambios son la base de una agenda de unidad nacional porque tienen el apoyo de los electores de todos los sectores políticos. Esos electores se han sublevado contra las dirigencias partidarias naranjas, verdes, rojas o amarillas que se oponen al cambio desde el Congreso. Institución cuya Comisión de Constitución ha sepultado en su agenda los proyectos enviados por el presidente Vizcarra, según el mandato popular.

Si una mayoría de representantes al Congreso no demuestra voluntad de aceptar ni siquiera los resultados de las encuestas serias como las del IEP, el riesgo de una mayor crisis política aumenta. Además de que las huaracas opositoras a las reformas lanzan grandes piedras contra los vidrios de Palacio de Gobierno, a ver si alguna cae en el augusto cráneo presidencial, se genera una situación de rebeldía contra las decisiones del 9/12/18. A grandes males, son necesarias grandes soluciones.

Y una gran solución sería un segundo referéndum para someter a consulta popular textos de aprobación de las principales medidas de cambio político y para asegurar la lucha contra la corrupción. Seguramente, lo dirán los especialistas, sería conveniente incluir en esta propuesta una radical y profunda reforma del Poder Legislativo removiendo todas las trabas obstruccionistas al cambio, que hoy se observan. Como alguna vez dijo un líder político en plena Revolución Francesa “o los líderes marchan a la cabeza de la gente, o la gente se paseará con las cabezas de los líderes”.